Noticia propuesta por Elena Caballero Espino
Las pequeñas empresas pueden aprovechar su estructura sencilla para ofrecer un trato personalizado a los empleados, escuchar sus ideas y que así se vinculen con el negocio
Recuperar el compromiso de los empleados puede ser más sencillo de lo que parece, ya que la pyme tiene la posibilidad de valerse de su pequeña dimensión para mostrar un trato más cercano con sus trabajadores y conocerlos mejor. La falta de vínculo con la empresa puede hacer peligrar la continuidad de un proyecto y tratarla a tiempo es importante para que toda la plantilla vuelva a tomar el rumbo correcto. Expectativas insatisfechas, no estar en el puesto adecuado, no realizar un seguimiento del trabajo o insuficientes oportunidades de promoción son algunas de las causas más comunes por las que se pierde la confianza.
Para conseguir que los trabajadores se reconcilien con el negocio, el primer paso es detectar los "compromisos falsos", como explica Ignacio Belinchón, director de la consultora de recursos humanos People Excellence. "Pueden hacer creer que una persona esté vinculada con la empresa cuando no es así. Quizá esté unida por motivos sociales, es decir, que tenga una presión externa para mantenerse vinculada a la organización; o lo más grave, puede que simplemente quiera seguir para no perder sus privilegios por antigüedad". Según el experto, lo esencial es detectar esas actitudes y comenzar a trabajar en una vinculación afectiva para que la persona comparta los objetivos generales de la organización y los concretos de su puesto.
Conseguir el vínculo
Es importante que el directivo proponga políticas para potenciar el compromiso. Ser transparente en momentos complicados y contar con todas las opiniones son técnicas para alinear los valores de los empleados con los de la empresa. Para fomentar la confianza, hay que transmitir a todo el equipo cuáles son las metas que se deben alcanzar y cómo se quiere llegar a ellas.
"También es necesario ser consciente de los intereses y expectativas de los empleados de forma específica. No son los mismos hechos los que motivan a un trabajador de 45 años que a uno de 28. Las prioridades, perspectivas y obligaciones son bien distintas y requieren un trato y gestión diferenciados", asegura el experto, y recalca la necesidad de conocer los intereses de la plantilla.
Cultura de la empresa. Una buena práctica es transmitir la historia de la organización, destacando los momentos de mayores logros, así como los más difíciles. De esta manera, todo el grupo valorará los acontecimientos de la compañía y entenderá mejor el camino que hay que tomar para afrontar los siguientes retos. Por ejemplo, esto puede resultar muy útil en pequeñas empresas que han pasado de generación a generación y en las que también hay empleados que no son de la familia. Hacerles sentir parte del proyecto ayudará a que se sientan identificados con el negocio.
Formación. Las pymes se caracterizan por tener en su plantilla a trabajadores multidisciplinares. Ofrecerles formación específica para que sigan avanzando en su carrera y mejorando dentro de la empresa ayudará a que se sientan importantes. Gracias a su profesionalización, la organización evolucionará y serán partícipes de esa mejora.
Tecnología. Para una empresa formada por diferentes departamentos con horarios distintos, resulta adecuado incorporar tecnología que vincule las distintas áreas y facilite la comunicación. Herramientas sencillas como chats o una intranet contribuyen a la transparencia y a la interconexión y a conocer lo que se está haciendo en cada puesto, cómo se está encargando cada departamento de sus funciones y cómo va avanzando el proyecto.
Innovación. Crear un ambiente en el que se promuevan las ideas ayudará a que el personal sea más proactivo y sienta libertad para exponer sus ideas. Es útil, por ejemplo, convocar comidas mensuales para analizar los resultados de manera distendida y dedicar un tiempo a escuchar las soluciones y mejoras que propone la plantilla. Esto puede resultar muy beneficioso en sectores en los que se genera conocimiento, como en los tecnológicos o científicos.
Además, estas reuniones también servirán para detectar el grado de satisfacción de los empleados. Según su participación y la calidad de sus ideas se conocerá la falta de compromiso y así se puede aprovechar para descubrir la razón de ello.
Trabajar en la motivación
Oficinas diáfanas, cafeterías con comida y bebida gratis o hamacas son algunos de los atractivos que emplea Google para motivar a sus trabajadores. Las compañías españolas también se han animado a llevar a cabo estas prácticas. Por ejemplo, la pequeña empresa de ciberseguridad de Buguroo ofrece un espacio de ocio con mesas de ping pong para sus empleados.
La motivación forma parte del compromiso y conseguir que un equipo esté satisfecho con el proyecto y con el trato hará que aumente la productividad. Por eso es importante que cada trabajador conozca qué parte del eslabón de la cadena ocupa, cuál es su aportación al éxito del proyecto y que cuente con suficiente autonomía y responsabilidad.
Alcanzar la unión en el equipo es esencial, pero también lo es marcar una serie de objetivos individuales para que todos se esfuercen. Una mezcla de metas individuales, de equipo y de compañía, según las responsabilidades de cada uno, suele ser la solución más adecuada. La creación de espacios para realizar actividades en común, como han apostado Google o Buguroo, contribuirá a ese espíritu colectivo.
Cinco consejos para gestionar el equipo
2.- La transparencia es un aspecto muy valorado entre los trabajadores. Comunicar de manera clara las distintas propuestas aumentará la confianza del equipo en las estrategias.
3.- Medir los resultados de manera periódica e informar de las principales conclusiones es una buena práctica para que cada uno aporte nuevas ideas para mejorar.
4.- Aportar formación ayuda a que los empleados potencien sus cualidades. Sentirán que se confía en ellos y querrán comprometerse con el futuro de la empresa.
5.- Se debe ofrecer un trato personalizado y conocer qué propósitos tiene cada trabajador sobre su carrera profesional. Será más sencillo plantear metas y expectativas.
Fuente: Alba Casilda