Ya es muy difícil estar 20 años en la misma empresa; lo habitual es pasar
por cinco
Noticia presentada por Aurélie Leporcq
Sotero Amador (58 años) pertenece a ese 35% de españoles que, según el estudio Randstad Workmonitor,
llevan más de diez años en su actual trabajo. Concretamente, son 36 impartiendo
clases en el Centro de Estudios Financieros (CEF). Llegó a esta escuela de
negocios como estudiante, después le invitaron a dar unas clases de
contabilidad y hasta hoy. “El primer día sólo tuve un alumno. Pensé que no
tendría mucho futuro como profesor. Hoy soy el más veterano del CEF, y muchos
de los actuales docentes de la casa han sido pupilos míos. ¿Mi secreto? Me
encanta lo que hago”, asegura.
Algunos expertos piensan que el caso de Sotero es excepcional, el reflejo
de otra época que se extinguirá con su generación. “Para los baby boomers era habitual
encontrar trabajo estable en un sitio y permanecer en él hasta la edad de
jubilación. Ahora lo normal es pasar por cuatro o cinco empresas a lo largo de
nuestra vida laboral, y este número se incrementa según se rebaja la edad”,
señala Valentín Bote, director de Randstad Research. ¿Las causas? El mercado de
trabajo actual es mucho más dinámico. “Surgen nuevos sectores y oportunidades
de negocio que hasta hace poco no podíamos ni imaginar, y, por el contrario,
otras actividades quedan obsoletas”, añade.
Los funcionarios son, posiblemente, quienes mejor encarnan el fenómeno del
trabajo de por vida. La estabilidad laboral que disfrutan, con carreras que
suelen superan los 30 años de servicio, hace que algunos cuestionen su entrega
y motivación. El cuerpo de Inspectores de Hacienda ofrece oportunidades de
carrera en áreas como Inspección, Gestión Tributaria, Recaudación, Aduanas, o
en organismos internacionales como la Comisión Europea o la OCDE. Una forma de
estimular a sus funcionarios y mantener alto su compromiso. “Hay muchas
oportunidades interesantes, y el nivel de exigencia de estos puestos es tan
alto que no hay lugar para acomodarse”, afirma José Luis Groba, presidente de
la Asociación de Inspectores de Hacienda.
¿Cómo mantener la ilusión después de 20 años o más
haciendo lo mismo y viendo las mismas caras a diario? Cristobal Tauler,
director ejecutivo de Lidera3, sostiene que “para que un profesional se enamore
de su trabajo y de su empresa debe haber un alto grado de identificación
emocional, tanto con el proyecto como con las personas”. Pero para que ese
flechazo inicial se mantenga con el paso del tiempo también harán falta “una
serie de valores compartidos entre ambas partes que ayuden a superar los
vaivenes emocionales, los sinsabores y las dificultades propias de cualquier
relación profesional”, agrega.
Cada fiesta de Navidad el CEF entrega una placa y hace un pequeño
reconocimiento público a aquellos empleados y colaboradores que cumplen 25 años
en la empresa. Para su presidente Roque de las Heras, además de aportar su
experiencia, estos veteranos “son portadores de una serie de principios y de
una forma de hacer las cosas que encarnan la filosofía y la esencia misma de la
empresa”. Por otro lado, explica Valentín Bote, “su compromiso con su trabajo
hace que puedan llegar a sentir la empresa como algo propio, mientras que las
generaciones más jóvenes ven su empleo como algo meramente transaccional”.
Opciones sectoriales
Sectores tradicionales como banca o seguros parecen lugares propicios para
carreras largas y estables. Pero también una empresa de la nueva economía puede
lograr que sus empleados se sientan felices vistiendo una misma camiseta
durante muchos años. Alberto Granados (50 años) es vicepresidente de la
División de Grandes Empresas y Partners de Microsoft para la región de Asia.
Residente en Singapur, se unió a la compañía en 1995. Hoy es uno de los
españoles con un puesto de mayor responsabilidad y peso estratégico dentro de
Microsoft Corporation. Asegura que si a lo largo de este tiempo no ha buscado
oportunidades fuera de la empresa es porque se siente “parte de un proyecto con
efectos visibles en la sociedad y en la mejora de la calidad de vida de las
personas. Y esa creencia fundamental de que la tecnología puede cambiar el
mundo es algo que te hace crecer y no desmotivarte”.
Ser capaces de reinventarse continuamente para ahuyentar los fantasmas del
estancamiento es uno de los retos a los que se enfrentan los trabajadores de
largo recorrido. Microsoft tiene en la movilidad interna una de sus más
preciadas armas de motivación y desarrollo. “Cuando seleccionamos a una persona
es con vistas a que permanezca en la organización el mayor tiempo posible. Para
ello, intentamos dar oportunidades a nuestros empleados de conocer y trabajar
en otras áreas de negocio dentro de la compañía”, comenta Luisa Izquierdo,
directora de Recursos Humanos de Microsoft Ibérica.
Aunque no siempre será posible realizar ese cambio de funciones. ¿Qué
opciones le quedan entonces al empleado? Para Fernando Botella, director
general de Think&Action, una por encima de todas: seguir formándose.
“Aprender lo nuevo en lo mismo que siempre hiciste. Una técnica, una
tecnología, cualquier cosa que te permita estar a la última en tu especialidad.
Porque la buena noticia es que, aunque tú no te hayas movido de tu puesto, tu
profesión sí está evolucionando. Y si eres capaz de evolucionar con ella, esa
mentalidad de aprendiz continuo hará que te reinventes, crezcas y estés
motivado”.
Japón: el falso mito de la empresa-familia
Tenshoku significa
“cambio de trabajo” en japonés, y hasta hace unos años era visto en esa cultura
como una traición. “La empresa había invertido en formar al trabajador y el
hecho de irse a otra compañía implicaba llevarse ese conocimiento y esa
inversión de años. Se consideraba que la empresa receptora se estaba
aprovechando, y eso no le reportaba buena fama”, explica Ana M. Goy Yamamoto,
profesora de Economía y Gestión Empresarial de Japón de la Universidad Autónoma
de Madrid. Desde los años 60, el sistema de recursos humanos japonés favoreció
las carreras largas gracias a políticas de formación integral, planes de acción
social y sacrificios corporativos que primaban la movilidad interna antes que
los despidos.
Sin embargo, las
estadísticas señalan que el empleo de por vida es hoy más un mito que una
realidad en Japón. Sólo una cuarta parte de la fuerza laboral japonesa
permanece en el mismo trabajo más de 25 años.
Según la profesora
Goy Yamamoto, todo cambió con la crisis de los 90, cuando quebraron numerosas
empresas. “Surgen entonces voces que exigen carreras meritocráticas en lugar
del sistema tradicional de jerarquía por antigüedad. Las mujeres ven sus
carreras limitadas en las típicas empresas japonesas, y son atraídas como un
talento valioso por compañías extranjeras que se asientan en Japón. También los
jóvenes se niegan a comprometerse con una organización y van picoteando
diferentes trabajos y sectores hasta encontrar los que más les gustan”.
Noticia publicada originalmente por Ramón Oliver
Comentario realizado por María Dolores Cabello Cabello
ResponderEliminarMe voy a detener en el aspecto que considero más importante, y que tiene relación con esta noticia: la formación de los trabajadores. El aprendizaje de los trabajadores es fundamental en una organización, tanto para trabajadores veteranos como para aquellos que no lo son. Una empresa debe ayudar a que sus trabajadores se adapten a las nuevas exigencias sociales y normativas, y por qué no, a tener más conocimientos sobre el trabajo que desempeñan y, por ende, a desarrollar un mejor trabajo y más productivo.
La formación del personal, además, considero que está ligada a la dificultad o no de jubilarse en el primer empleo. Una empresa que invierta parte de su presupuesto y recursos en formar a su personal, estará más reacia a despedir al mismo, ya que otras empresas en el mercado se pueden beneficiar de este despido y contratar a ese personal más cualificado; además de que tendría que volver a invertir en más formación para los nuevos empleados que contrate. Por consiguiente, una persona bien formada tiene más seguridad de mantener su puesto de trabajo que otra que no lo está.
Pero no solo es fundamental que la empresa proporcione esa formación, también los trabajadores por su cuenta pueden llevar a cabo la misma. Y estos trabajadores serán los más demandados por las empresas, y tendrán más posibilidades de, si su contrato es por poco tiempo, renovarlo continuamente; ya que de otro modo estos saldrán al mercado laboral y otras empresas podrán sacar provecho de esa formación.
En definitiva, pienso que para mantenerse en un puesto de trabajo por muchos años de forma continua es elemental formarse para ese puesto, especializarse en el mismo, instruirse de forma que la empresa de la que se forma parte vea en ese trabajador alguien único y singular, esencial e inigualable por parte de otros trabajadores que pudieran acceder a la misma.