Noticia realizada por Andrea Vega
Domínguez
El
adelgazamiento de las jerarquías y la iniciativa individual mejoran el
rendimiento
Steve Jobs dijo: “No tiene sentido contratar a personas
inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer”.
Una de las
pocas empresas que se han atrevido a aplicarse al pie de la letra las palabras
de Jobs es la estadounidense Zappos. Hace unos años esta tienda online de ropa y calzado apostó
por adoptar como sistema organizacional la holocracia, una estructura en la que
no hay cargos ni jerarquías. “En Zappos no hay jefes en el sentido convencional
de la palabra. Dirigir a los demás o decirles lo que tienen que hacer no forma
parte de las tareas de ningún empleado. En su lugar, se estimula la iniciativa
individual y el control y la responsabilidad sobre el propio trabajo”, explica
Brironni Alex, empleada de Zappos. Según esta visión, el concepto de liderazgo
trasciende la dinámica jefe/subordinado “hacia un modelo que prima cualidades
como liderar con el ejemplo”, agrega.
El caso de
Zappos puede parecer ciencia-ficción por lo extremo, pero lo cierto es que cada
vez hay más ejemplos de compañías, también en España, que adoptan estructuras
más planas en las que las relaciones jerárquicas se suavizan. Jefes hay, pero
su papel es menos intrusivo y más facilitador. Google presume de dar a sus empleados una completa accesibilidad a los
cargos directivos. Gracias a esta política, “las ideas se desarrollan con más
rapidez, hay menos burocracia y cada trabajador adquiere responsabilidad plena
sobre los proyectos que le son designados”, asegura Anaïs Pérez Figueras,
directora de comunicación de Google España y Portugal.
Empoderamiento
y responsabilidad son las dos palabras clave para que el sistema funcione. Algo
que, según Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, no todo el mundo posee. “El que
siga con la mentalidad del ‘yo soy un mandado’ no tiene sitio en estos
modelos”. Esta especialista aconseja empezar por definir muy bien objetivos,
tanto individuales como empresariales, “porque si no hay visión global no puede
haber autonomía”. Además, la organización debe fomentar un clima de trabajo en
el cual el empleado pueda tomar de forma natural y responsable sus propias
decisiones. De manera correlativa, los superiores han de asumir la posibilidad de que las personas a las que han
empoderado pueden cometer errores. “Hay que saber gestionar las equivocaciones,
ya que si se penaliza severamente una iniciativa, lo más probable es que no veamos
nacer ninguna más de esa persona”, advierte Jericó.
Aunque
después de siglos bajo el yugo de los jefes, volar libre no siempre va a
resultar fácil. Es un cambio organizacional drástico, y como tal requiere una
curva de aprendizaje. Desde Zappos hablan de un esfuerzo de mentalización en
ambos sentidos. “Aquellos que están habituados a ser dirigidos tienen que dar
un paso adelante para realizar sus tareas sin necesidad de esperar
instrucciones. Y los que vienen de mandar tienen que saber renunciar al control
y distribuir su autoridad de tal forma que permita a todos trabajar
autónomamente”, comenta Brironni Alex.
Comentario de Alejandra Soto Moreno:
ResponderEliminarNo me considero alguien mas inteligente que Steve Jobs, pero en este caso si me atreveré a corregirle: Si tiene sentido contratar a personas inteligentes y despues decirles lo que tienen que hacer, lo que no tiene sentido es tener que decirles COMO hacerlo. El jefe tiene que exponer al contratado cual es la dirección de la empresa, y una vez asimilada esta idea, el trabajador será el que poniendo todos sus conocimientos en práctica, decida como actuar para impulsar la empresa en esa dirección. Me gustaría saber como reaccionaria un recién contratado, cuando en su primer día de trabajo nadie le explicase cual es su función concreta dentro del organismo. Y ya de paso, también me gustaría saber a quien se le exigiría responsabilidades dentro de la empresa cuando las cosas fueran mal. El problema no es el jefe, el problema somos nosotros que por no hacer el esfuerzo extra de conocernos a nosotros mismos y a la empresa en la que trabajamos, preferimos echar todos nuestros problemas y frustraciones a la mala gestión del jefe, y dar por zanjado el asunto. Vamos a ver, hay jefes nefastos, si, pero lo que no podemos hacer es generalizar, y aprovecharnos de la idea preconcebida que tienen todos sobre los jefes , para quitarnos nuestra parte de culpa. Si quieres que en tu empresa fluyan las ideas y el "buenrollismo", no centres tus esfuerzos en en cortar cabezas, sino en generar un buen ambiente en el trabajo, donde la tarea de jefes y trabajadores se complemente de una manera más cómoda. Recuerda que el cambio empieza por tí.