Reflexión personal realizada por Raquel Pascual Vallés
El líder en las empresas en fundamental para una buena
motivación de los trabajadores, ya que éste ejerce de punto intermedio entre
los intereses de los trabajadores y de las empresas.
La figura del líder es bastante difícil, ya que, según mi opinión,
no se limita a mandar, sino que tiene que involucrarse de lleno en los trabajos
para así apreciar y valorar la labor que se está haciendo, y sirviendo de guía
a subalternos, pero no de forma imperativa, sino que los empleados realmente
lleguen a creer que lo que les está diciendo su líder es lo mejor, y es por
ello que al tener sentido el trabajo que están realizando lo harán más
motivados, a la vez de que pueden proponer ideas y el líder puede escucharles
para así poder tomar una decisión más adecuada. Para ello éste debe ser
aceptado por sus subordinados.
En cuanto a la confianza, el líder tendrá que dejar hacer a
sus empleados para involucrarles el sentido de la responsabilidad, ya que si se
tratara de un jefe ordinario, simplemente se limitarán a obedecer sus órdenes
sin plantearse si lo que están haciendo es bueno o malo.
La motivación es diferente en cada trabajador, por lo que el
líder tendrá que ser capaz de identificar cuáles son para poder ayudarles a
alcanzarla, y así podrá crear un buen clima de trabajo, que deberá mantenerlo
en equilibrio para la consecución de los objetivos de la empresa.
Como conclusión, hemos visto que la figura del líder es
bastante complicada, conlleva mucha responsabilidad y horas de trabajo fuera
del horario laboral, pero le dará una serie de satisfacciones, por lo que
estará prendido de esa sensación y hará que la motivación por su labor sea cada
vez más grande, y como resulta que es una cadena, lo transmitirá a sus subordinados,
sintiéndose estos valorados y recuperando
el equilibrio interno.
Comentario aportado por Carmen Martín Martínez
ResponderEliminarLa figura del líder dentro de una empresa es una imagen compleja. A menudo se la confunde con un "jefe amigo" equivocadamente. Un verdadero líder empresarial no debe perder nunca de vista que es su responsabilidad lidiar con los trabajadores, una inteligencia emocional bien desarrollada será por tanto una cualidad indispensable para dicho líder, sabiendo en cada instante sacar el máximo provecho del capital humano que le rodea.
Por otra parte, no solamente es una imagen de puesto superior dentro de la empresa, un líder debe tener una visión empresarial preclara, capaz de situarse dentro del entorno y discernir objetivos en la lejanía para aquellos que lo rodean.
En tercer lugar, un líder no debe ver a los trabajadores como posibles competidores a los que no dejar crecer, sino verlos como fuente de su fuerza, pues el líder comprende que la unidad con aquellos que lo rodean es lo que lo hace destacar. De este modo se fomenta el progreso a su alrededor generando un círculo virtuoso en el que el líder es admirado por los trabajadores, los trabajadores admiran más a dicha persona, esto genera un desempeño mayor de los trabajadores, lo que impulsa a la empresa en general y ello hace que a su vez se valore más al líder.
No olvidemos que un líder debe creer en la labor que está desempeñando siendo el primero en esforzarse para alcanzar el objetivo marcado para el equipo. Un buen líder sabe quién es el mejor haciendo cada cosa, y precisamente tendrá dicha condición por ser capaz de poner a trabajar a cada uno en aquello que mejor sepa hacer y así alcanzar el máximo rendimiento.