Llegas media hora antes, has memorizado tu intervención, has leído todos los artículos sobre hacer entrevistas... Y, sin embargo, algo sigue fallando. ¿Qué es?.
En demasiadas ocasiones, uno tiene la sensación de que
acudir a una entrevista de trabajo es como comprar un boleto de lotería. Cada
seleccionador de personal tiene sus propias manías o preferencias, en muchos
casos inconscientes, que nos hacen pensar que, hagamos lo que hagamos, la
suerte está echada. Hasta cierto punto, tenemos razón: como cada vez más
expertos en Recursos Humanos reconocen, la clave no se encuentra tanto en las
cualidades personales como en que estas se encuentren alineadas con lo que el
seleccionador busca o espera.
No obstante, hay determinadas reglas, proporcionadas por la
experiencia, que pueden servir como guía en casi todos los casos. Una de ellas
es la que proporciona Becca Brown, fundadora de Solemates y que trabajó en
Goldman Sachs durante seis años, en las páginas de 'Business Insider'. Según la
mujer, que trabajó ocasionalmente realizando entrevistas de trabajo en el
banco, hay algo que salta a la vista del seleccionador: que el candidato está
intentando desesperadamente llamar la atención o, como se dice en inglés,
“trying too hard” (algo así como “esforzarse demasiado”).
Brown realizó alrededor de 100 entrevistas a candidatos en
la firma, y asegura que este error es tremendamente común: “Como eres candidato
a un trabajo, quieres impresionar al entrevistador y mostrar que has hecho tus
deberes, pero eso puede parecer, a veces, un poco sobreactuado o incluso
ensayado”, señala la experta. Es algo muy común: cuando de nuestra actuación
depende tener trabajo o no, tendemos a ensayar una y otra vez para que nada se
escape a nuestro control. Sin embargo, es esta guionización la que hace
sospechar al que te va a contratar. ¿No está todo demasiado preparado? ¿Es que
acaso no sabe improvisar?
LA VENTAJA DE SER ESPONTÁNEO.
Recordemos que, hoy en día, una de las cualidades más
buscadas por las empresas es la capacidad de adaptación del trabajador, que se
verá obligado a solucionar problemas en muy poco tiempo. Por ello, repetir el
discurso que hemos aprendido de memoria solo sirve para una cosa: para
demostrar que somos muy buenos repitiendo discursos que hemos aprendido de
memoria.
“La información que proporciona un candidato debería
presentarse de manera conversacional, no robótica”, recuerda Brown. Es lo mismo
que ocurre con el estudiante de un colegio cuando el maestro le pregunta la
lección: si sus palabras son las mismas que aparecen en el libro, este
sospechará que no lo ha entendido bien, mientras que si, por el contrario,
realiza su propia interpretación, dará mejor impresión al profesor.
Además, nuestra actitud frente a la entrevista sirve para
comprobar nuestro nivel de nerviosismo y que el seleccionador descubra cómo
reaccionamos ante las situaciones adversas: “Las entrevistas son estresantes, y
no todo el mundo lo maneja fácilmente o sale bien parado”, explica la experta.
Por eso, aquellos que son capaces de relajarse y mostrarse naturales tienen
mucho ganado. Es lo que ocurre, siguiendo el símil educativo, con aquellos que
sin haber estudiado demasiado terminan realizando un examen convincente sin
ninguna presión, mientras que los que llevan 'chapando' semanas, de repente se
bloquean y son incapaces de reflejar el conocimiento adquirido.
“Cómo un candidato maneja ese estrés es en sí mismo un
indicador del rendimiento”, concluye la autora, que proporciona un consejo
final: “No te esfuerces demasiado en impresionar al entrevistador u ocultar tus
nervios… a veces hacer eso te hará más daño que bien. En realidad se trata de
autocontrolarse si quieres causar la mejor impresión”. Suena a trampa y, en
cierto sentido, lo es: no es fácil tranquilizarse si uno es una persona
nerviosa o se encuentra en una situación semejante, por lo que quizá nos
pasemos al otro lado del espectro y terminemos fingiendo estar demasiado
tranquilos. Una pescadilla que se muerde la cola y que suele concluir con la
infalible fórmula de cruzar los dedos y que sea lo que dios quiera.
Fuente: El Confidencial.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-04-19/equivocamos-siempre-entrevista-trabajo-goldman-sachs_1184445/
Me parece que el artículo plantea una serie de reflexiones bastante interesantes para poder poner en práctica a la hora de realizar entrevistas.
ResponderEliminarYo pienso que la experiencia que puede aportar una persona como Becca Brown, de manera muy objetiva, es para tener en cuenta puesto que la experiencia del entrevistador te siempre te dará un punto de vista muy amplio del comportamiento que se puede observar en las diferentes personas.
Estando en total acuerdo, y en resumen, la naturalidad de los sujetos a la hora de realizar entrevistas de trabajo es muy importante, tanto saber transmitir el potencial personal a la hora de adaptarse a las diferentes situaciones que se puedan plantear, deben ir en equilibrio con la preparación poseedora de un sujeto la cual le ha llevado a interesarse por un puesto de trabajo.
GONZÁLEZ JESÚS PAOLA