Noticia publicada por Juan Pedro Ortiz Mellado
Ser un ‘storyteller’ – aquél que tiene una gran habilidad
para contar lo que es, lo que hace y cuánto vale – es ya una capacidad
profesional decisiva en un momento en el que no basta sólo con ser competente.
Richard Branson, emprendedor en serie y fundador de Virgin,
apostaba recientemente en el blog de su compañía por las bondades de la
comunicación para un creador de empresas y para un profesional. Branson pone al
storytelling a la altura de las capacidades decisivas que nos hacen hoy
eficaces, valiosos y productivos, ya sea para el que es su propio jefe o para
un empleado: más que tener un buen producto o de lo que uno es, se trata de
cómo se lo cuentes a los demás y qué permites que sepan sobre ti.
Por lo que se refiere a los creadores de empresas Iñaki
Arrola, fundador de Coches.com y socio del fondo Vitamina K, recuerda que “hay
gente que tiene un gran producto pero que no sabe contarlo, y así pierden
inversores y clientes”. Arrola no es partidario de magnificar o exagerar en el
caso de los elevator pitch (el discurso del ascensor con el que los
emprendedores venden su idea a posibles inversores o mentores) y, aunque
coincide en la necesidad de saber explicar estas ideas y los nuevos proyectos,
cree que se puede dar una explicación eficaz sin florituras innecesarias.
Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal,
asegura que “hoy, al multiplicarse la oferta de productos y profesionales, no
basta con ser competente, hay que ser bueno, cumplir con estándares cada vez
más altos. Pero últimamente eso tampoco es suficiente… Ahora hay que emocionar,
hay que tener estilo propio y eso implica ir más allá de lo racional y tocar el
corazón. La forma de hacerlo es mediante historias. O como dicen ahora nuestros
políticos, creando el relato. Podría decirse que, empresarial y
profesionalmente, primero fue el esqueleto, luego el músculo y ahora llegamos a
la piel. No basta con ser buenos, ahora debemos ser humanos, generar sintonía y
conexión”.
Guillem Recolons, socio de Soymimarca, coincide en que “el
factor de elección entre dos profesionales con idénticos conocimientos hard y
trayectorias parecidas puede estar en la facilidad de llegar emocionalmente a
su interlocutor. De eso ya no tenemos dudas: las historias pueden cambiar el
mundo”.
Recolons cita entre los buenos ejemplos del uso de
storytelling en marcas comerciales el salto estratosférico que realizó Felix
Baumgartner para Red Bull, y que tuvo al mundo en vilo durante unas horas, consiguiendo
audiencias que superan en miles a campañas publicitarias convencionales. En
política, destaca el uso de metáforas para elaborar discursos que llegan al
corazón: new deal, ‘paro cero’, ‘el cambio’, La force tranquille… Y en
personas, se refiere a los casos de Jeff Bezos, Richard Branson o Bill Gates,
ejemplos de cómo utilizar el relato con fines de mejor conexión con los
públicos.
Recolons añade que para generar empatía la clave es tener el
valor de mostrar con el mismo interés nuestras fortalezas y debilidades. Nos
humaniza y nos conecta.
A quién le sirve…
Si nos preguntamos cuándo es interesante utilizar el relato
individual, Recolons responde que “en los procesos de marca personal hay
ciertas tipologías de profesionales que requieren más que otros el uso de
momentos personales de su historia para reforzar su carrera o sus
competencias”.
Es el caso de arquitectos, ingenieros, médicos, abogados o
policías, profesionales que a menudo arrastran no tanto mala fama como cierta
noción de frialdad: “Hollywood nos ha inundado la cabeza de abogados duros,
calculadores y fríos, igual que policías. Pero lo cierto es que los relatos de
estas personas nos calan profundamente cuando demuestran su condición humana”.
Recolons añade a la lista los profesionales de la
comunicación (periodistas, publicitarios, community managers), que a menudo
necesitan conectar con fuerza con sus audiencias con algo más que con fríos
datos.
Un tercer grupo es el de aquéllos que buscan trabajo y
“deben saber que las cosas están cambiando, que cada logro en la carrera
profesional posiblemente venga de una historia que merece ser contada. No en un
currículo, ya que este es un formato agonizante. Quizá la entrevista personal
sea el lugar adecuado, o el vídeo-currículo, del que tenemos excelentes
ejemplos de creatividad en YouTube. Con esto se ha conseguido que algunos
candidatos sean reclutados en menos de 24 horas por mostrar habilidades que van
más allá de sus competencias profesionales, y que humanizan el discurso”.
En todo caso, Andrés Pérez critica ciertas tendencias como
la gamificación, “que trata de convertir todo en un juego, y que transmite una
cierta sensación de infantilismo. Parece que el cliente, el contratador, el
consumidor, el seguidor sea incapaz de verse atraído por algo si no se
convierte en cuento o en juego. Quizá el origen de todo esto son las historias
tipo Quién se ha llevado mi queso y similares, que convertían problemas
complejos en historietas simplistas. Se da por sentado que la falta de
concentración potenciada por las redes sociales y los programas basura no dejan
más opción que reducirlo todo a historias emocionantes y cortas… Cuanto más
cortas mejor”.
Hoy no basta con ser competente ni bueno; hay que emocionar
a base de historias.
Fuente: http://gestion.pe/empleo-management/eres-flautista-hamelin-tu-trabajo-2159204
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.