Reflexión personal realizada por Andrea Vega Domínguez.
Cuando comienzas a ser empleado
en un trabajo, siempre tenemos presente ciertos nervios, a causa de conocer a
nuestro jefe. Es un momento en el que no sabes con qué tipo de jefe te vas a
encontrar. Desde mi punto de vista, existen dos tipos. Por un lado, está el
perfil de jefe que se puede considerar intimidante por diversos motivos, como
por ejemplo, ser muy serio, no tener confianza con sus empleados, no tener ningún
tipo de relación con los mismos, aparentemente solo le interesan sus propios
beneficios, etc. Mientras que por otro lado, nos podemos encontrar con el
típico perfil de jefe que se considera como un líder, por generar motivación entre
sus empleados, por reconocer el trabajo, ser aparentemente uno más en la
empresa, etc.
Es cierto que el perfil de jefe
motivador puede ser más acertado, viéndolo desde la perspectiva de la empresa,
puesto que, se conoce, gracias a diversos estudios, que los trabajadores
motivados, gracias a su jefe, realizan mejor su trabajo, y por tanto la empresa
obtiene mayores beneficios, que cuando el perfil del jefe que se observa es el
del intimidante.
Desde mi humilde opinión, puedo
decir que estoy de acuerdo con dichos estudios, pero también pienso que el
papel de jefe no es nada fácil. Los jefes realmente son los que más carga
llevan, puesto que deben realizar su trabajo, y además de ello, revisar el de
sus empleados, así como, premiarles, motivarles, y encargarse de que nada en la
empresa falle. Por ello, pienso que un jefe, lo primero que debe hacer es
motivarse a sí mismo, debe encontrar una gran motivación para poder llevar a
cabo la función de jefe y todo lo que ella conlleva.
Desde mi punto de vista, un jefe
intimidante es aquel que no tiene motivación alguna con su trabajo y por ello
mismo, no es capaz de saber guiar bien a sus empleados, lo cual, perjudica a la
empresa.
Gracias por tu interesante entrada Andrea. A grandes rasgos podríamos decir que sí, que todos los jefes habidos y por haber pueden escindirse en esta dicotomía. Sin embargo, ya que, el tema en cuestión me ha parecido atractivo, me gustaría ahondar un poco más si cabe, añadiendo algunos tipos más de jefe.
ResponderEliminarY cómo no, ¿Quién no ha tenido nunca al típico jefe controlador?. Es el que examina minuciosamente cada tarea que llevan a cabo sus empleados (especialmente las que realizan los menos experimentados), trantando en todo momento de encontrar cualquier error, por insignificante que sea. Este tipo de jefes ahogan a sus empleados y no permiten que éstos aporten a la empresa todo su potencial creativo. El pilar de la gestión que se basa en la libertad o autonomía del trabajador desaparece por completo.
Por otro lado, tenemos al jefe indeciso, aquel que nunca tiene clara la decisión que tomar y la pospone constantemente. Estos sujetos tienden a aparentar que controlan la situación pero, en la práctica, la mayoría de las instrucciones o directrices tienen su fundamento en la influencia de uno o varios de sus trabajadores. Suelen tener poca experiencia como jefes.
Por último, cómo no mencionar al jefe "colega". Sería aquel que mantiene con sus empleados no sólo una relación jerárquica, sino también una relación personal de amistad. Estos individuos suelen tener problemas a la hora de que les tomen en serio, pues la cercanía de la relación personal se traslada también al entorno laboral.
Comentario realizado por Javier Álvarez Ríos.
EliminarEl liderazgo es algo que debe ir de la mano, y quizás una característica muy importante a la hora de catalogar como “bueno” o “malo” la figura de un Jefe que pueda recalar sobre cualquier persona.
ResponderEliminarLa figura de un Jefe es muy importante, tanto desde el punto de vista de la organización para satisfacer sus exigencias por el que ha sido nombrado como tal, como de sus propios empleados y la influencia que pueda tener sobre ellos.
La empatía laboral quizás sea un punto muy importante a la hora de establecer los lazos laborales entre jefes y empleados. Un jefe debe saber dirigir todo tipo de situaciones que puedan producirse dentro de su marco laboral, tanto positivas como negativas y saber plasmarlas y trasmitirlas a su empleados; ya sea de carácter personal o profesional.
Personalmente pienso que un “buen” jefe, debe ser una persona que sea tanto capaz de saber motivar y llevar por el buen camino a sus empleados como de aplicar de manera positiva este liderazgo y consecuentemente cumplir con los objetivos establecidos dentro de su organización, objetivo primordial de la misma.
González Jesús Paola