Reflexión personal de Pablo Pérez Sivianes
Quisiera hablar de la contratación pero no de lo público sino en general. En las empresas sobre todo.
Esto es así porque he querido hablar de los pros y los contras, en mi opinión de contratar a gente más joven o a personas mayores.
En la administración pública, salvo cuando ya trabajas para ella que si cuentan la edad para algunos ascensos, en el tema de las oposiciones para entrar a trabajar para ella no se tiene en cuenta la edad directamente aunque si indirectamente exigiendo en muchos casos unos conocimientos académicos que sólo se tienen con cierta edad.
Por eso mismo me centro en las empresas y creo que depende de la situación es mejor contratar a una persona joven que a un mayor o viceversa. Es evidente que el tipo de trabajo influye en ello como por ejemplo si es un trabajo que necesita de aguante y buena forma física en la mayoría de los casos viene mejor una persona joven o si el trabajo requiere una presencia concreta es muchos casos viene mejor la persona mayor.
También depende de lo que la empresa en cuestión busque, si busca dinamismo, ganas de trabajar y/o iniciativa generalmente un joven tiene esas cualidades debido a que debe aprovecharlas al máximo para poder encajar en ese nuevo trabajo pero por otro lado si busca experiencia, saber trabajar y/o estabilidad una persona mayor podría tener estas cualidades. Esto no excluye, lógicamente, que una persona mayor tenga las cualidades que explique anteriormente como de jóvenes y viceversa pero lo normal es que se den de esa forma.
Para terminar, como propia experiencia en un negocio familiar, ha habido gente joven y gente mayor trabajando y ambas decisiones son muy buenas siempre que la persona que vaya a trabajar lo haga al máximo y siempre se ha agradecido que una persona, sea joven o mayor, ponga todo lo que tenga en ello, ya sea experiencia, entusiamo, dinamismo... Todo es bienvenido.
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