lunes, 28 de marzo de 2016

VIERNES, 25 DE MARZO DE 2016 18:22
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  Noticia publicada por Lydia Perea Llamuza 
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El Gobierno de Navarra ha adoptado esta semana un acuerdo por el que se aprueba el Programa de igualdad entre mujeres y hombres de la Administración de la Comunidad Foral para 2016, con el objetivo principal de consolidar las unidades de igualdad de género de los departamentos.
Estas unidades, que dependen de los departamentos en los que se inscriben y están integradas por personal técnico formado al efecto, son las responsables de integrar el principio de igualdad entre mujeres y hombres en el conjunto de los actos, normas y políticas realizadas por la Administración.
En concreto, la misión principal de estas unidades es impulsar y garantizar la integración del principio de igualdad en el conjunto de las políticas públicas de Navarra. Están coordinadas desde el Instituto Navarro para la Igualdad (INAI) y asesoran y orientan a las directoras y directores de los correspondientes servicios.

Sus funciones se centran en aplicar la transversalidad de género en la actividad del departamento, asesorar para elaborar informes de impacto de género, realizar estadísticas en género, efectuar estudios sobre la situación de hombres y mujeres en las políticas desarrolladas, analizar el presupuesto en función del género, así como incorporar cláusulas y criterios en contratación pública y convocatoria de subvenciones.
http://www.rrhhpress.com/index.php?option=com_content&view=article&id=33060:el-gobierno-de-navarra-aprueba-el-programa-de-igualdad-entre-hombres-y-mujeres-de-la-administracion-para-2016&catid=98:administracion-publica&Itemid=305. 

2 comentarios:

  1. Comentario publicado por Alicia Fernández Fernández de los Ríos.

    Esta noticia, a priori, parece una excelente noticia a la vista de todos. Pues por fin vemos que la igualdad entre hombres y mujeres se va extendiendo en todos los ámbitos y lugares.
    Pues yo discrepo de esa opinión generalizada, que estoy casi segura de que es así.
    Discrepo debido a que creo, que nos deberíamos parar a pensar que es bastante increíble que en 2016 se sigan teniendo que firmar acuerdos, planes, etc. de igualdad entre hombres y mujeres, y evidentemente una igualdad en pro a las mujeres, dejando atrás al genero masculino, porque total, ¿ apostamos por la igualdad de todas las personas humanas, o por la igualdad femenina?. Pero siguiendo con esa rúbrica, es indescriptible que en esta sociedad de 2016, del S.XXI, se sigan dando estas circunstancias tan retrogradas, pues es cierto que a la mujer todavía no se le trata como a una más en todos los sitios, pero no es solo culpa del género masculino, que por supuesto también en gran medida, si no que nosotras las mujeres también somos responsables de esa exclusión que sigue existiendo.
    Somos culpables por no vernos incluidas en los términos neutros que se expresan: alumnos, médicos, jueces, diputados, los... Por necesitar un término femenino detrás de esos neutros para que se refieran a nosotras y si no, no nos sentimos incluidas dentro del determinado discurso que se de. Un término femenino que al fin y al cabo es una palabra más, específica, la cual si que nos aparta si se usa junto a términos neutros, pues nos aparta como un colectivo a parte del que se nombre primero, a nombrarnos después. ¿Verdaderamente nos sirve de algo? ¿Nos sirve de algo tener un día de la mujer trabajadora? ¿Nos sirve de algo tener un día del padre y un día de la madre, en vez de tener un día de los padres?
    Por todo esto pienso, que el primer acuerdo y/o plan para luchar contra la desigualdad femenina somos NOSOTRAS, incluyéndonos en esos términos neutros, de los que nosotras mismas nos excluimos sin motivo, dándonos a valer, demostrando lo que somos, de lo que somos capaces, más que cualquiera, luchando contra el acoso o maltrato, tanto femenino como masculino, a toda costa sin quedarnos calladas en ningún caso...
    Así, la lucha comienza con la exclusión del término femenino, incluyéndonos en los neutros, pues también son nuestros, en ellos también estamos nosotras.

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  2. Comentario de Daniel Lara Rex.

    Con esta noticia avanzamos a pasos agigantados hacia una época mejor y sin discriminaciones, un futuro igual para todos, con las mismas oportunidades.

    A pesar de ello, en todo el mundo, se niega el acceso al trabajo y a la formación a millones de mujeres y de hombres, perciben bajos salarios, o se ven limitados a determinadas ocupaciones, simplemente por razones basadas en su sexo, color de piel, etnia o creencias, sin que se tengan en cuenta sus capacidades y sus calificaciones.

    En algunos países desarrollados, como España, las trabajadoras ganan hasta un 25% menos que el sexo masculino por la realización del mismo trabajo. La no-discriminación es un derecho humano fundamental y es esencial que los trabajadores elijan su trabajo libremente, desarrollen plenamente su potencial y cosechen recompensas económicas en base a los méritos. El que exista igualdad en el lugar de trabajo también conlleva beneficios económicos significativos.

    Los empleadores que practican la igualdad tienen acceso a una mano de obra más extensa y diversificada. Los trabajadores que gozan de igualdad, tienen un mayor acceso a la formación, a menudo perciben unos salarios más elevados y mejoran la calidad general de la mano de obra. Los beneficios de una economía globalizada se distribuyen de manera más justa en una sociedad igualitaria, lo que conduce a una mayor estabilidad social y a que la gente apoye más ampliamente un mayor desarrollo económico.

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