EL LIDERAZGO FEMENINO
Debido a la celebración del Día Internacional de la Mujer hace escasos días, he querido hacer un homenaje tanto al estilo de liderazgo femenino y su evolución:
Ya en los años 80 se identificaba nueve áreas donde se podían observar las diferencias entre el estilo de gestión masculina y femenina:
- Uso del poder: tienden más a dar poder a los otros/as que a acumular poder personal;
- Resolución de problemas: son multimentales, mezclando adecuadamente intuición y racionalidad;
- Habilidades interpersonales: saben escuchar, tienen empatía;
- Grupos de trabajo: utilizan habilidades de los miembros del grupo en la dirección;
- Dirección participativa: están centradas en el grupo y no sólo organizativamente;
- Asunción de riesgos: asumen riesgos para perfeccionar la actividad;
- Atención a la diversidad: su primera consideración es el personal;
- Resolución de conflictos: buscan soluciones que permitan ganar a todos;
- Desarrollo profesional: participan en un trabajo aunque no sea parte de su función, pues están implicadas en la búsqueda del desarrollo grupal.
Posteriormente, en los años 90 definen el estilo de dirección de las mujeres como abierto, no competitivo, innovador, con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo.
En la actualidad, el liderazgo femenino está verdaderamente interesado en escuchar a todos los puntos de vista, para luego tomar la mejor y más informada decisión posible. Por ello, la decisión final no tiene que reflejar necesariamente el punto de vista inicial del líder. La diferencia principal entre los estilos de liderazgo femenino y masculino pasa por la escucha, un proceso de intención a través del cual se manifiesta el deseo de aprender, reflexionar, para luego implementar un plan que incorpore lo mejor de las ideas recogidas de forma compartida y abierta. Siempre para la mayor eficacia y eficiencia. Esto exige capacidad de adaptación y la adaptabilidad exige la reducción del ego.
El liderazgo femenino está más dispuesto a compartir información. Es un estilo integrador, que incorpora hechos y perspectivas procedentes de muchas fuentes diferentes. Nos encontramos, por tanto, con una redefinición del liderazgo, una versión ideal para el futuro, ya que la era de la información sigue evolucionando y premiará a quien se ponga en el medio del flujo informativo. El punto de vista femenino es que nos fortalecemos por el fortalecimiento de los demás. Verdaderamente una autentica revolución.
Fuente: http://www.imf-formacion.com/blog/recursos-humanos/liderazgo/16-rasgos-destacados-liderazgo-femenino/
Comentario realizado por Macarena Rufino Lorenzo.
ResponderEliminarEs cierto que las mujeres han adquirido un importante papel en los puestos de trabajo, pero no cabe olvidar la discriminación que las mujeres sufren y han sufrido en algunos de ellos.
Actualmente, la discriminación de género en el ámbito laboral no es tan fuerte como en las últimas décadas.
En numerosos países una de las mayores discriminaciones que sufren las mujeres es la desigualdad salarial respecto a los hombres, aunque esta desigualdad se ha disminuido con el transcurso de los años.
Por otro lado, algunas mujeres se plantean la maternidad por el trabajo. Las mujeres deciden retrasar la maternidad hasta que no adquieren estabilidad en el trabajo, las discriminaciones que sufren por ello son la negación al permiso de lactancia, bajas por maternidad, reducción de la jornada laboral, entre otras.
Cabe considerar que hay puestos de trabajo que se consideran exclusivamente para los hombres, normalmente aquellos en los que es necesario el empleo de la fuerza física, puesto que se considera que una mujer no posee la misma fuerza que el hombre.
Comentario realizado por Paula Aguilar Gómez
ResponderEliminarLas mujeres han ido adquiriendo un papel muy importante en el mundo laboral y no solo en éste ámbito sino en el educativo. Ha ido evolucionando notablemente tal aspecto ya que antiguamente estaba mal visto que una mujer quisiera estudiar, dedicarse a otra profesión que no fuese el cuidado del hogar o de los hijos, algo que no fue bien vista por la sociedad masculina.
Sin embargo, a pesar de que hoy en día el mundo laboral cuenta con una gran cantidad de mujeres que presta sus servicios tanto en empresas, administraciones públicas o en cualquier otras actividades, las mismas siguen estando discriminadas en cierta parte, en relación con el salario por ejemplo.
La agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, nos dice que en promedio las mujeres europeas cobran el 16,4% menos que los hombres para el mismo trabajo, que va desde menos una diferencia del 5% en Eslovenia a más del 20% en Estonia, Austria, la República Checa y Alemania.
Esta desigualdad ha aumentado de forma significativa durante las épocas de crisis.
A pesar de todo, en los últimos años se ha producido una incorporación masiva de mujeres al mercado de trabajo, convirtiéndose, en muchos casos, en el único sostén económico del hogar. Sin embargo, lo que caracteriza el trabajo femenino es su precariedad, generada entre otras cosas por la imposibilidad que tienen de participar en la fijación de las condiciones laborales que las afecta en forma directa.
Comentario realizado por Mari cruz Rodriguez Sanchez
ResponderEliminarEn toda nuestra historia las mujeres han tenido un rol secundario impidiendosele estudiar y participar en el mundo laboral, pero esta concepcion afortunadamente ha ido evolucionando gracias a los grandes esfuerzos que muchas mujeres han tenido que realizar para ello ,por años las Mujeres que han alcanzado cargos de alta dirección y asumido roles de liderazgo en las organizaciones se han visto envueltas en el estigma de la masculinización, esto es, actuar como hombres para mantener sus posiciones de poder en su interior.
Aun asi todavia queda mucho por hacer, ya que a dia de hoy las mujeres nos vemos envueltas en ciertas desventajas y seguimos ocupando un papel mas reducido en el mundo laboral pues solo un 37% del mundo empresarial está representado por mujeres: el Global Entrepreneurship Monitor (GEM ) reporta la cifra de 126 millones de mujeres que en 2012 han empezado a emprender, además de los 98 millones que ya lo hacen desde hace más de tres años y medio.
Se trata de una fuerza que dará nueva forma a la economía, caracterizada por una mayor inversión inmaterial e innovadora.