lunes, 22 de abril de 2013

¿Cómo solucionar la falta de motivación? Propuesta por: Elvira Salés.

En la actualidad, existe un nivel muy exigente de competitividad en el mercado profesional que repercute directamente en el rendimiento de los trabajadores. Este grado de exigencia, en ocasiones puede ser excesivo y puede perjudicar notablemente en la motivación del empleado, generando frustración, angustia y ansiedad.

En estos tiempos que corren es difícil plantearse un cambio profesional, pero en ocasiones no hay más remedio para mejorar en actitud, entusiasmo y en tranquilidad.

El salario es un aspecto muy importante del trabajo, pero hay otros elementos que hay que valorar como horarios, clima laboral, localización, supervisión, reconocimiento, carga de trabajo… Estos aspectos pueden dinamitar poco a poco, la motivación del empleado hasta perder el interés y el entusiasmo en su puesto. En estos casos el papel del líder es muy importante, ya que si es un “buen líder” tiene que percibir estas situaciones antes de que el problema aumente.

Sin embargo no se puede delegar toda la responsabilidad en nuestro superior, cada uno tiene que analizar la situación y tomar las decisiones oportunas. Por ello, Trabajando.es ofrece una serie de recomendaciones para solventar estas situaciones tan complicadas:
    • Analizar e identificar. En estas situaciones es difícil apartarse del problema para analizarlo con perspectiva, pero es necesario si queremos salir de él. Hay que reflexionar, conocer nuestras metas, analizar nuestro entorno y nuestro día a día para valorar la transcendencia real del problema.
    • Organizar y estructurar. Después del análisis, tenemos que priorizar y organizar coherentemente todas nuestras tareas, para enfrentarnos a ellas de la manera más eficiente posible.
    • Conocer nuestras posibilidades. En muchas ocasiones se abordan más tareas de las que uno puede desempeñar, este nivel de exigencia puede mermar poco a poco la motivación y terminar por no realizar eficientemente el trabajo. Hay que conocer las posibilidades de cada uno y delegar todas aquellas tareas que no se puedan abarcar.
    • Buena predisposición. Esto es muy importante, una buena actitud a la hora de enfrentarnos al trabajo, es fundamental. Para conseguirlo hay que saber descansar y desconectar del mundo laboral en nuestro tiempo libre. De este modo nos enfrentaremos al trabajo con una actitud más fresca y positiva.
    • Importancia de la comunicación. Los problemas hay que compartirlos con los demás. El apoyo en los compañeros puede ayudar a conocer nuevos puntos de vista y soluciones que nosotros mimos no somos capaces de ver. El diálogo es importante que se trabaje tanto en horizontal como vertical.
“En entornos laborales tan dinámicos como actualmente nos encontramos, la disposición y las ganas de los trabajadores es fundamental para el crecimiento de las compañías. Éstas deben disponer de acciones de motivación para empleos que fomenten su desarrollo profesional, su conciliación con la vida personal y el incentivar con nuevos retos para potenciar la iniciativa, responsabilidad y superación por parte de los empleados. La suma de todos los esfuerzos individuales ayudan a las empresas a ser mejores”, destaca Ana Martínez, Directora de Alianzas y Marketing Trabajando.com España.
Fuente:  http://www.trabajando.es/detallecontenido/idnoticia/113/como-solucionar-la-falta-de-motivacion.html

3 comentarios:

  1. Como he comentado en otra ocasión; para lograr un alto rendimiento de nuestro trabajo es imprescindible la aptitud adquirida y por supuesto que esta tenga tendencia positiva.

    Todo ello conlleva a una mayor motivación de trabajador, que le guste y se sienta útil desarrollando su trabajo.

    Como se menciona en la noticia, es importante tener presentes las recomendaciones que se nos ofrecen ya que éstas pueden hacernos mucho bien: una buena organización, conocer nuestras metas, la actitud y la comunicación con los compañeros ya que pueden ser apoyo al formar parte de la misma organización.

    Pero además de todo ello, lo que más me gustaría destacar es la frase que aparece en el último párrafo de la citada noticia: " ... La suma de todos los esfuerzos individuales ayudan a las empresas a ser mejores”; La considero fundamental y que apliquemos esto, que nos sirva para hacer bien aunque en ocasiones sea poco.


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  2. Estoy totalmente de acuerdo con mi compañera en que para lograr un alto rendimiento de nuestro trabajo es imprescindible la aptitud adquirida y por supuesto que esta tenga tendencia positiva.

    También es cierto que en la actualidad, existe un nivel muy exigente de competitividad en el mercado profesional que repercute directamente en el rendimiento de los trabajadores. Este grado de exigencia, en ocasiones puede ser excesivo y puede perjudicar notablemente en la motivación del empleado, generando frustración, angustia y ansiedad.
    Por otro lado, pienso que motivar a los empleados no es algo que dependa al cien por cien de la propia voluntad, pero la “Automotivación” sí es responsabilidad de cada persona y es ahí por donde podemos empezar.

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  3. En primer lugar, comparto la visión expuesta en los comentarios aportados por mis compañeras.

    El entorno en el que nos desenvolvemos se caracteriza por un alto nivel de exigencia lo que influye directamente en la conducta de los individuos integrantes de una organización, unas veces de forma positiva y otras veces negativa.

    La cuestión radica en solventar en el mínimo tiempo posible las situaciones de ansiedad y frustración desencadenadas, pero ¿Cómo? En primer lugar, admitir que existe un problema, identificarlo, plantear múltiples alternativas y someterlas a discusión con el fin de elegir la que responda de forma más adecuada ante la adversidad que se nos presenta, una vez elegida sólo falta llevarla a cabo.

    En la mayoría de las ocasiones la desmotivación presente en el personal de una organización hunde sus raíces en el descuido por parte de los superiores y compañeros del reconocimiento emocional consecuencia de una ejecución efectiva y eficiente del trabajo.

    Asimismo, no se puede obviar los efectos negativos que traen consigo la equivocada, a la vez que extendida, tendencia a creer que el reconocimiento de un trabajo bien hecho ya se encuentra de por sí cubierto con el salario. A mi entender, nos encontramos ante una creencia que nos conduce al error de pensar que la remuneración económica por el desempeño de un servicio lo es todo, olvidándonos de que, a veces, el reconocimiento emocional tiene más "valor".

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