Ríos de tinta han corrido sobre el liderazgo, y eso es bueno, porque hasta hace no tantos años “líder” era sinónimo de terror (o casi). Pero la economía ha demostrado que los auténticos están hechos de otra pasta. Descubrimos cuál.
Líderes autoritarios, burocráticos, carismáticos, de
los que dejan hacer, paternalistas, que promueven la participación… Liderazgos
hay muchos pero ¿cuáles serán clave en el futuro?
En tiempos en los que hablamos más de entornos 2.0 y de aumentar la productividad con empresas menos jerarquizadas, no resulta extraño oír hablar aAlicia Pomares de un nuevo paradigma en el que “el líder de una comunidad es el que influye, el que genera opinión, el que moviliza opiniones y crea pasiones sin importar la posición jerárquica y que puede cambiar en cualquier momento”. Es decir, el líder podemos ser todos.
En opinión de esta experta, el análisis de redes sociales facilita la medición los flujos de información y el establecimiento de patrones de interacción, lo que permitiría analizar ese liderazgo distribuido, examinar la estructura informal de la organización, potenciar y evaluar los flujos de comunicación interna y monitorizar el comportamiento de grupos.
Liderazgo anticrisis
Se percibe cierto cambio en las altas esferas. Como recoge El Confidencial, Odgers Berndston ha elaborado un informe llamado ‘La visión de los CEOs 2008-2012’ en el que, después de entrevistar a 230 altos directivos, señala que los máximos directivos han adoptado un nuevo rol.
Se nota en que son más duros en el fondo y más agradables en las formas, se hacen respetar para poder convencer, bajan “a la calle”, son optimistas, predican con el ejemplo, tienen una cultura de austeridad, trabajan con departamentos transversales, acumulan liquidez, tratan a los proveedores como aliados y premian los pequeños éxitos.
También aborda esta cuestión el estudio ‘El nuevo ejecutivo europeo: liderazgo para la recuperación y el crecimiento’, realizado por realizado por Korn/Ferry International y recogido por RRHHPress.
“Valores como la confianza en las propias capacidades y la orientación a resultados que eran clave en el periodo pre-crisis dejan hoy sitio a la agilidad para reaccionar en el corto plazo, la habilidad para aplicar la experiencia en situaciones nuevas y la humildad para reconocer rápidamente los errores y rectificarlos a tiempo”, aseguran.
Quiero ser líder
¿Qué pasa si la empresa sigue soy el jefe y quiero ser también líder? Pues, entonces, José Luis del Campo Villares da estos 10 consejos:
1. Decir lo que se está pensando.
2. Reconocer errores.
3. Disculparse cuando sea necesario.
4. Alabar lo que hacen bien los miembros de su equipo.
5. Ser agradecido.
6. Pedir ayuda.
7. Prestar ayuda.
8. Busca ese compromiso: ‘me enseñas y prometo esforzarme en aprender para no molestarte más.
9. No decir nada “en caliente”.
10. Preocuparse por el bienestar total de los subordinados.
En tiempos en los que hablamos más de entornos 2.0 y de aumentar la productividad con empresas menos jerarquizadas, no resulta extraño oír hablar aAlicia Pomares de un nuevo paradigma en el que “el líder de una comunidad es el que influye, el que genera opinión, el que moviliza opiniones y crea pasiones sin importar la posición jerárquica y que puede cambiar en cualquier momento”. Es decir, el líder podemos ser todos.
En opinión de esta experta, el análisis de redes sociales facilita la medición los flujos de información y el establecimiento de patrones de interacción, lo que permitiría analizar ese liderazgo distribuido, examinar la estructura informal de la organización, potenciar y evaluar los flujos de comunicación interna y monitorizar el comportamiento de grupos.
Liderazgo anticrisis
Se percibe cierto cambio en las altas esferas. Como recoge El Confidencial, Odgers Berndston ha elaborado un informe llamado ‘La visión de los CEOs 2008-2012’ en el que, después de entrevistar a 230 altos directivos, señala que los máximos directivos han adoptado un nuevo rol.
Se nota en que son más duros en el fondo y más agradables en las formas, se hacen respetar para poder convencer, bajan “a la calle”, son optimistas, predican con el ejemplo, tienen una cultura de austeridad, trabajan con departamentos transversales, acumulan liquidez, tratan a los proveedores como aliados y premian los pequeños éxitos.
También aborda esta cuestión el estudio ‘El nuevo ejecutivo europeo: liderazgo para la recuperación y el crecimiento’, realizado por realizado por Korn/Ferry International y recogido por RRHHPress.
“Valores como la confianza en las propias capacidades y la orientación a resultados que eran clave en el periodo pre-crisis dejan hoy sitio a la agilidad para reaccionar en el corto plazo, la habilidad para aplicar la experiencia en situaciones nuevas y la humildad para reconocer rápidamente los errores y rectificarlos a tiempo”, aseguran.
Quiero ser líder
¿Qué pasa si la empresa sigue soy el jefe y quiero ser también líder? Pues, entonces, José Luis del Campo Villares da estos 10 consejos:
1. Decir lo que se está pensando.
2. Reconocer errores.
3. Disculparse cuando sea necesario.
4. Alabar lo que hacen bien los miembros de su equipo.
5. Ser agradecido.
6. Pedir ayuda.
7. Prestar ayuda.
8. Busca ese compromiso: ‘me enseñas y prometo esforzarme en aprender para no molestarte más.
9. No decir nada “en caliente”.
10. Preocuparse por el bienestar total de los subordinados.
Me parece una buena noticia puesto que considero que el concepto de líder debe y ha ido modificándose a lo largo del tiempo y las nuevas necesidades de la organización. Anteriormente se ha llegado a considerar al líder como un "déspota" ante el cual todos los trabajadores quedaban subordinados pero con la llegada de las nuevas corrientes teóricas sobre recursos humanos ha habido una tendencia en hacer partícipe al líder considerándolo como un trabajador con una serie de objetivos distintos a los del resto del equipo, pero capaz de obtener de sus subordinados lo mejor de sí mismos para lograr los objetivos organizacionales.
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