lunes, 22 de abril de 2013

REFLEXIÓN SOBRE EL LIDERAZGO EN LA ADMINISTRACIÓN

Reflexión personal de Macarena García Muñoz


El liderazgo entendido como aquella habilidad del individuo que le permite estimular y dirigir a otras personas a ejecutar las tareas y actividades que el líder considera relevantes e importantes para el logro de los objetivos que tiene asignados, está estrechamente relacionado con la motivación.

Centrándonos en el ámbito público, que es el que realmente nos interesa, he de decir que abordar en este ámbito el concepto de liderazgo no es fácil. 

Por un lado, podemos plantearnos la siguiente pregunta ¿Por qué existen tantas diferencias entre los estilos de liderazgo usados por los líderes de las organizaciones públicas y privadas?

Aunque cada organización persigue unos fines distintos, en ambos sectores, tanto público como privado, es necesaria la figura de un líder que guíe a sus subordinados hacia la consecución de los objetivos señalados de la forma más óptima. Entonces, ¿Es necesaria tanta diferenciación?

Por otro lado, es de resaltar que el liderazgo en la Administración Pública es mínimo, por no catalogarlo de inexistente. Debido a esto, los empleados públicos se encuentran sumergidos en un estilo de gestión ausente de empuje que les lleva a la desmotivación.

Por todo ello, nuestra Administración necesita de líderes a todos los niveles orientados hacia el interés general que sepan emprender las actuaciones necesarias; capaces de llevar a cabo un buen sistema de gestión; inculcar congruencia, vocación, optimismo, transparencia y los valores de compromiso que su puesto de trabajo conlleva, al mismo tiempo que recompensen el trabajo de sus empleados motivándolos para alcanzar una función pública eficaz.

En definitiva, precisamos de líderes que lleven a cabo los cambios necesarios para convertir a la Administración en aquella que los ciudadanos aspiran y merecen. De manera que, si tomamos en consideración todas las exigencias que precisa la Administración Pública en estos momentos, el liderazgo se vería reforzado consiguiendo una mayor eficacia, que a su vez se reflejaría en los trabajadores, ya que el liderazgo genera motivación.

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