miércoles, 24 de abril de 2013

Reflexión personal ; TRABAJO, UN BIEN ESCASO Y CAMBIANTE


Los últimos 25 años han supuesto un cambio radical en el mundo de las relaciones laborales, esta situación ha sido comprendida y aprovechada fundamentalmente por la nuevas generaciones que se van incorporando al mundo del trabajo, pero no solo ellos, sino cualquier trabajador deberá comprender y asumir el mundo en que se mueve. Las nuevas tecnologías: Internet, las aplicaciones informáticas, las videoconferencias...y por otro lado las multinacionales, la libre circulación de mercancías y trabajadores...nos adentran en una etapa en  la cual el trabajador debe ofrecer capacitación profesional sea su actividad del tipo que sea y donde las oportunidades y expectativas irán mucho más allá del enfoque localista tradicional acotado a un espacio geográfico concreto que podía caracterizar las expectativas laborales de la mayoría de la población hace unos pocos años.

El mundo sin fronteras en el que vivimos permite al individuo crecer y desarrollarse como persona y como trabajador y cada vez es más raro encontrar al trabajador ligado de "por vida"  a una empresa y un lugar.
Así mismo y debido a todo lo anterior las condiciones de trabajo cambian y las actividades se hacen interdependientes, hoy podemos encontrar  situaciones que antes eran impensables, de trabajadores  que se relacionan con sus jefes radicados en otros países, y con sus iguales repartidos por el mundo, a través de Email, vídeo conferencia etc…y así marcan líneas y estrategias de empresa.

Todos hemos podido conocer como una infección alimenticia en Alemania, supone que una cooperativa agrícola en Andalucía deba destruir su producción de un determinado producto  o como las tendencias del consumo en Asia suponen el cierre de una fábrica y todos sus negocios dependientes en la Comunidad Valenciana, decidida desde EEUU.

Ante esta compleja realidad las empresas y los trabajadores tendrán que adaptarse y buscar la eficacia y la eficiencia tratando de compaginar trabajo y felicidad de sus activos humanos, porque aunque a priori estos dos conceptos puedan parecer antagónicos, finalmente guardan una estrecha relación, puesto que cuanto mayor bienestar y autoestima se fomente, mayor productividad se alcanzará, tanto para la empresa como para el trabajador, éste por su parte deberá incrementar todo lo posible su información y comprensión sobre el mundo en que se mueve lo que le permitirá comprender y adaptarse mejor a su entorno laboral.

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