jueves, 25 de abril de 2013

reflexión personal

Motivación en el sector público y privado en situación de crisis.

Todos somos conscientes de como se encuentra la situación económica y social de nuestro país. El gran deterioro del empleo ha venido acompañado no solo de problemas económicos sino también de grandes problemas sociales ante la incertidumbre de la sociedad, ante la no certeza de que pueda amparar nuestro futuro. Si a todo esto se suman los recortes económicos y sociales adoptados por el Estado, con el consiguiente despido de trabajadores tanto en el sector público como en el sector privado, aun más la incertidumbre y la impotencia se dispara.

Las oportunidades de trabajo decrecen y no solo decrecen los posibles puestos de trabajo a cubrir sino también los puestos ya ocupados, conllevando despidos y perdidas de puestos de trabajo. Se plantea incluso el despido de funcionariado, personal que hasta entonces se ha entendido por la sociedad como ocupante de un puesto fijo y difícilmente desvancable.

Los niveles de estrés se han aumentado debido a la recesión económica. Estrés por aquellas personas que carecen de puesto de trabajo y se preguntan como solventar su situación económica y personal y por aquellas otras que aún contando con un puesto de trabajo, se preguntan incesantemente si podrán perderlo de un momento a otro y que podría depararles si esto finalmente fuera posible.

Las empresas optan por invertir en servicios de consultaría de mejora de rendimiento mientras que en el sector publico el descenso en el rendimiento se dispara. Todo debe ser solventado de forma alguna que sea capaz de motivar aun a pesar de esta situación profesional.

El empleado público, expectante de su continuidad o no continuidad, aumenta en estrés, disminuye en motivación y entra en una crisis de confianza en la gestión que tan solo conduce a mayores tasas de rotación del personal. Deberán adoptarse reuniones de personal y de información para que permita a los empleados expresar sus preocupaciones acerca de un plan social y las condiciones de trabajo.

Debe adoptarse modos en que la incertidumbre en el plano profesional, la no certeza en su continuidad o no continuidad, no afecte a su liderazgo y motivación en el puesto de trabajo que sustenta. Se ha de buscar un cierto equilibrio de bienestar y seguridad de modo que no afecte a su desarrollo profesional, aunque a expensas si tenga desequilibrio e incertidumbre sobre lo que vendrá a nivel personal.

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