jueves, 25 de abril de 2013

Las claves del liderazgo personal: creando cambios positivos en uno mismo


El problema del mal uso del poder en las empresas e instituciones no se arregla solo con medidas de Buen Gobierno corporativo. Indudablemente, éstas van a ayudar a paliar el problema pero el esfuerzo sería incompleto si no se actúa en el lado más “humano” del programa: en la calidad del liderazgo. Necesitamos directivos con mejores cabezas y mejores corazones para que se dé la revolución ética que todos deseamos.
La neurociencia es la gran esperanza del futuro para lograr que las cosas vayan definitivamente a mejor. Esperamos que esta ciencia nos aporte más conocimiento para entender mejor los procesos neuronales de toma de decisiones y los factores que hacen que las personas entren en procesos involutivos o en procesos de mejora del funcionamiento de su cabeza y corazón.
Confiamos en que con los nuevos conocimientos de la neurociencia se puedan hacer mejores predicciones sobre la conducta futura de las personas. De esa forma, será más fácil evitar personalidades con disfuncionalidades “éticas”, e impedir muchos trastornos de conducta que hoy en día están motivados por factores exógenos y por la falta de herramientas personales para gestionarlos. La sociedad se transformará en positivo conforme se den más pasos en el conocimiento del cerebro.
Hasta que llegue ese momento, nos toca trabajar con las herramientas que tenemos. La tarea es mejorar las capacidades de los directivos para que logren un cambio positivo a su alrededor. Eso es liderazgo del bueno. Si al Buen Gobierno corporativo se le suma un buen liderazgo el resultado es muy esperanzadorpara las empresas y para la sociedad.  
Las claves que hacen un buen líder
Un buen liderazgo se hace notar cuando genera cambios positivos en cuatro ámbitos: en uno mismo, en las relaciones con otros, en la funcionalidad de los equipos en los que se trabaja, y en las instituciones en las que se influye. Los cambios positivos en esos cuatro ámbitos se fundamentan a la vez en los frutos de del liderazgo al que nos referimos, que son: más integridad personal, más capacidad de generar complicidad con otros, más cohesión de equipos y más prestigio tanto personal como institucional.
Cambio positivo y liderazgo es lo mismo. ¿Cómo se puede crear un cambio positivo en el ámbito de uno mismo? ¿Cuáles son las claves del liderazgo personal?
Creemos que la respuesta está en la conjunción de tres elementos básicos: un deseo fuerte de hacer realidad ese cambio positivo; un conocimiento renovado sobre la situación de partida y sobre las palancas de cambio disponibles; y una repetición de acciones y pensamientos positivos suficientemente extensa como para conseguir que se generen nuevas conexiones neuronales estables, nuevos hábitos.
El cambio positivo requiere energía ya que supone vencer resistencias. Sin energía positiva no hay cambio positivo. Con energía personal hay una alta probabilidad de cambio, de buen liderazgo.


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