Reflexión personal sobre el paro juvenil
Por Laura Vecino
Mi reflexión personal va dirigida
hacia un tema que nos incumbe actualmente a todos, el paro juvenil. Según Eurostat
(Statistical Office of the European Communities, oficina europea
de estadística) ya se registran 3,7 millones de jóvenes entre 15 y
24 años de edad que no tienen trabajo, lo que supone una tasa del paro para
este colectivo del 24,4%.
Las causas del paro juvenil varían según
el lugar donde nos encontremos, pero podemos encontrar aspectos comunes. Uno de
ellos podría ser la falta de formación que tienen muchos jóvenes. Por ejemplo,
es conocido por todos que el sector de la construcción ha estado lleno de jóvenes, donde la gran mayoría han terminado en el paro por la crisis que afecta
este sector.
Pero para mí no ha sido todo por culpa
de la crisis, ya que es el recurso al que más fácil se acude. Es cierto que
muchos jóvenes, al igual que otros no tan jóvenes, no buscan de forma activa
empleo. Algunos siguen realizando estudios, otros piensan que no van a
encontrar trabajo en el sector que buscan y se rinden y algunos se quedan esperando un golpe de suerte.
Uno de los efectos principales que
puede tener el paro juvenil es la emigración de jóvenes a otros lugares (fuga
de cerebros) como actualmente se está produciendo. Esta situación está al orden
del día, cada vez son más los jóvenes que hacen su maleta para cruzar el
charco.
Lo cierto es que la situación actual
no ayuda a nada de lo anterior. Opino que para que se pudieran desarrollar políticas
efectivas en este ámbito, primero se debería modernizar el mercado y así
adaptarla a las nuevas realidades de esta juventud.
Otra posible solución sería tomar como
referencia un modelo de educación que hasta ahora ha resultado efectivo, el
modelo dual alemán. Este modelo tiene un sistema de formación profesional del
cual los jóvenes salen muy cualificados y posibilita una mejor salida dentro
del mundo laboral. En España podemos encontrar muchos ciclos formativos pero,
lamentablemente, no se encuentra al nivel implantando en Alemania, bajo mi
punto de vista.
El desempleo juvenil, en algunos casos, puede provocar un sentimiento de inutilidad en muchos jóvenes, pudiendo desencadenarse un aumento de la criminalidad, violencia, etc. Buscando así formas alternativas de conseguir dinero que por medio legítimos no pueden o no podrían.
Lo cierto es que muchos jóvenes en las
entrevistas que realizan pueden llegar a transmitir inseguridad, pudiendo
deberse a la falta de experiencia. Aunque la situación no acompañe y no se
tenga el mejor currículum, la confianza y la seguridad en uno mismo es
fundamental a la hora de encontrar un trabajo.
Lo cierto es que, por redundancia, también se encuentra en los propios jóvenes la posibilidad de cambiar esta situación.
Estoy muy de acuerdo con la reflexión de mi compañera.
ResponderEliminarEs muy cierto que se está acudiendo a la crisis como respuesta a todos los problemas que presenta nuestro mercado laboral, así como respuesta en otros muchos ámbitos; si bien, aunque sea una circunstancia que, ciertamente, ha contribuido a la situación actual en que nos encontramos, no es el único motivo.
Tal vez deberíamos hacer referencia a la posible relación existente entre el paro juvenil y el fracaso escolar. Sin una formación adecuada no se puede aspirar a eso que muchos llaman “un golpe de suerte”; no obstante, también nos encontramos con la situación contraria, jóvenes muy preparados, que no encuentran salidas laborales, entre otras muchas causas, por la falta de experiencia, de ahí que se busque como alternativa la salida al extranjero, donde no se atiende tanto a la práctica, como a la tenencia de esos conocimientos.
Sin embargo, lo que a mi opinión, es más importante, es lo que Laura ha definido como búsqueda activa de empleo. Vivimos en una sociedad en la que la juventud se ha acostumbrado a que se le dé todo hecho, pero no estamos en un momento en el que nos podamos caracterizar por nuestra, por cuanto me incluyo dentro de ese grupo que integra la juventud mencionada, pasividad. Tenemos que levantarnos y salir, en busca de las oportunidades, que aunque escasas, existen.
Estamos poniéndole solución, con nuestro estudio, al problema de la preparación, pero si no dejamos de mirar cómo se pasan las ocasiones que se plantean, y seguimos mirando sin actuar, el problema va a seguir ahí.
Tal vez la solución a este hecho podemos encontrarlo en dos expresiones de lo más recurrentes: 1) “No me gustan las personas que dan explicaciones, sino las que dan resultados”; 2) “Si no tiene solución, entonces no es tal el problema”.