miércoles, 15 de mayo de 2013

Aportación personal. Laura Navío Codón


Aportación personal de Laura Navío Codón.

Los discapacitados en las organizaciones, ¿una carga o una ayuda?

Quizás muchos empresarios hayan tenido que plantearse esta cuestión en alguna ocasión, el hecho de integrar o no a discapacitados en su organización, personas que tanto por motivos físicos como psíquicos no disponen de plena capacidad para realizar de una forma “normal” las funciones establecidas por la organización.

Como ya venimos diciendo desde el principio del curso, el recurso humano en una organización debe entenderse como el mayor activo del que la misma dispone. Entendido de este modo, sería lógico que a los discapacitados, simplemente por el hecho de ser personas tan dignas como cualquiera, se les ofrecieran las mismas oportunidades que al resto de personas. Pero desgraciadamente esto no es así. A pesar de que cada vez son más las empresas que contratan a personas con discapacidad adaptando sus labores a sus capacidades y limitaciones, aún sigue habiendo otras muchas que no lo hacen, además de que el porcentaje reservado en las organizaciones a este colectivo es demasiado pequeño para lo que debería ser en una sociedad, en teoría, avanzada como en la que vivimos. 

No hace mucho, en la televisión, apareció un caso que me sorprendió gratamente. Era una chica con síndrome de down, la cual ostentaba un puesto en la cocina de un restaurante, y comentaba que ella misma habló con el encargado de recursos humanos para realizar una labor más compleja, pues a su parecer la que realizaba “se le quedaba corta” y pensaba que podía sentirse más realizada en otro puesto. Ejemplos como estos, son los que han de hacernos abrir los ojos, o más bien a los empresarios, pues como podemos ver a pesar de tener discapacidad, cuentan con mayor fuerza de voluntad que cualquiera de nosotros, pues son conscientes de sus limitaciones, y una vez encuentran algo que les hace sentir realizados, quieren dar lo mejor de sí, se sienten más motivados y seguramente también ayuden a motivarse al resto de compañeros de trabajo. Unos compañeros que también debieran ayudar a la integración del discapacitado, no pensando que serán una carga, si no ayudándoles a que se introduzcan en la organización, a que conozcan cómo funciona todo, y que se sientan acogidos y queridos en la empresa. Estas personas, dan día a día lecciones de vida, lecciones de superación, de esfuerzo, de lucha, de constancia, de alegría… asuntos todos ellos muy importantes y necesarios en cualquier grupo de trabajo. Tenemos mucho que aprender de ellos, y la sociedad debería concienciarse de ello, y hacer un “hoy por ti, mañana por mí”, pues ayudando a estas personas y mostrándoles nuestro apoyo estamos a la vez creciendo nosotros mismos como personas, gracias a las lecciones que nos dan.

Por suerte, en las organizaciones, parecen que van dándose cuenta de todo ello, destinando determinados puestos a personas discapacitadas, y haciendo que se sientan uno más y que su trabajo es igual de importante que el del resto de empleados. En una sociedad, en la que parece que se están perdiendo los valores, me resulta de grandísima importancia profundizar y reflexionar sobre temas como estos, pues piénsalo, nunca sabes lo que puede pasarte mañana, y quizás entonces seas tú quien se encuentre en su situación.  

Por tanto, para mí la respuesta a la pregunta que planteaba al principio está bastante clara: los discapacitados no es que no sean una carga, es que de hecho son una importante fuente de motivación, de superación y de esfuerzo, aspectos que sin duda son una grandiosa ayuda personal, ya no solo en la organización, si no en la vida diaria.

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