sábado, 18 de mayo de 2013

Reflexión personal sobre la gestión de los recursos humanos.

A lo largo de todo este curso con la asignatura “organización y gestión de recursos humanos”, hemos aprendido, o más bien, nos hemos concienciado, de que el factor principal e indispensable para prestar servicios de calidad y lograr las metas y objetivos fijados por cualquier organización, lo constituye, los recursos humanos.
No cabe la menor duda, que es muy difícil lograr un trabajo prestado con lealtad y competencia, si no ponemos especial atención en el personal, sobre todo en aquellos de menor jerarquía que realizan labores operativas o administrativas vinculadas con la finalidad o misión de la organización y que paradójicamente son ignorados o tratados sin las consideraciones respectivas. De forma simplificada, voy a tratar sobre las claves esenciales para conseguir una organización de calidad, eficaz y eficiente a través de la gestión de los recursos humanos.
En primer lugar, concienciar a todos los empleados de cualquier organización pública, de la importancia que un buen funcionamiento de ésta tiene, sobre toda la sociedad. Esto se deberá hacer, a través de  la ética pública.  Esta  trata de la moralidad de los actos humanos en cuanto realizados por funcionarios públicos, incluye los principios y normas que han de ser aplicados y tomados en consideración en la conducta de aquellos individuos que desempeñan una función pública. Esto implica que ha de entenderse como un área de conocimiento de contenido universal que agrupa valores y virtudes orientadas por el espíritu de servicio público y que tiene como fuente básica la evolución humana.
 
Por otro lado, todos los individuos constituyen un alto potencial humano, por la tanto experimentan impulsos hacia el crecimiento y desarrollo personal lo que se facilita si se proporciona un ambiente laboral adecuado que los apoye y a la vez le proponga u ofrezca un reto, esto es lo que se denomina, motivación de los empleados. Este clima laboral es factible de alcanzar cuando la balanza entre interés de la organización e interés de los empleados se equilibra, de modo que,  el trabajador motivado, reconfortado, y apreciado volcará sin condiciones todo su esfuerzo y voluntad a mejorar su desempeño identificándose con su institución y  superiores, dando por ello más de lo que su puesto o cargo demanda, circunstancias que inciden directamente sobre la efectividad, calidad de los servicios, y en definitiva  sobre el buen funcionamiento de una organización.
 
Además de lo anterior, una organización debe  ofrecer actividades de formación y aprendizaje constante a sus empleados, para que los servicios prestados por la organización estén renovados en concordancia con  las nuevas tecnologías y logren ser lo más eficiente posible.
En definitiva, un recurso tan importante para una organización pública, como lo son los recursos humanos, deben ser educados de acuerdo con la ética pública, motivados y formados constantemente, estas son las claves esenciales, bajo mi punto de vista, en las cuales, toda organización pública debe hacer énfasis para lograr sus objetivos, y que todo  ello conlleve a la eficiencia, eficacia y calidad sus servicios.

Reflexión personal de Miriam Marín Caro

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