No podría comenzar esta opinión personal
acerca de la Comunicación en las Organizaciones Públicas, sin hacer una reseña
sobre las principales funciones que cumple la comunicación interna de las organizaciones:
a) Informar sobre los objetivos de la organización.
b) Facilitar el proceso de adopción de
decisiones.
c) Motivar.
d) Armonizar intereses contrapuestos.
e) Proyectar una imagen hacia el
exterior.
f) Desencadenar el cambio interno.
Una vez dicho esto, me planteo… ¿Existe
la comunicación interna en las organizaciones públicas?
¿Cómo es posible que haya tanta falta de comunicación
entre directores, mandos medios y empleados que pertenecen a una misma
organización? ¿Por qué es tan complicado encontrar mandos que estén abiertos a
escuchar la opinión, comentarios e impresiones de sus técnicos?
Los errores de comunicación interna son
algo muy común en todas las organizaciones públicas. Por lo
general, independientemente del tamaño de la organización, siempre nos
enfrentamos a los mismos errores.
Centrándonos
en el caso de la administración: ¿por qué es especialmente difícil que fluya la
comunicación en las organizaciones públicas?
Rara vez a los empleados públicos se les hace partícipe de la estrategia, los objetivos y del proyecto corporativo. No es raro encontrar entre los
empleados públicos con un bajo grado de compromiso, la falta de motivación. Esto
se debe en parte, a que de nada sirve una gestión excelente de los canales de
comunicación interna sino hay una planificación, apoyo e involucración por
parte de la dirección para dialogar y escuchar a los trabajadores. A mi modo de entender el asunto, lo que tiene
mayor impacto es el cara a cara entre los jefes y sus subalternos. Esta es la
mejor forma de transmitir emoción, de bajar la estrategia de la empresa,
de hacer sentir a los empleados como escuchados e incorporados, por lo que uno
de los peores errores que puede cometer un comunicador es olvidarse de esta
vía.
La mayoría
de los recursos se dedican a la comunicación externa porque lo que sale en los medios
tiene prioridad absoluta, y se presta poca o mas bien, ninguna atención al esfuerzo
plasmado de los trabajadores públicos internos, olvidando que
la base está dentro de la empresa y que los empleados son altavoces, para lo
bueno y para lo malo.
La Comunicación interna es por tanto un “desafío cultural”; es
decir, es un proceso cultural, que implica
analizar e intervenir sobre la cultura, lo que implica también configurar a la misma
junto con prácticas, poderes, dinámicas y formas de organización.
Que las entidades públicas utilicen herramientas y
modelos de comunicación, implicará concebir a las organizaciones como “redes de
conversaciones”, donde la información y el conocimiento tienen que dejar
de verse como fuente de poder.
Para concluir, veo preciso recalar lo siguiente. Según
el tipo de organizaciones que queramos tener en los próximos años, para la consecución
de unos buenos resultados, habrán de efectuarse acciones como: la
restauración de relaciones entre profesionales; por otro lado la alineación de
equipos en torno a estrategias prometedoras, y por último la reconquista del entusiasmo y el despliegue de la creatividad de las
personas.
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