Y sí, así es. Como bien enuncia el título de la presente
reflexión, hoy día si tenemos que referirnos a liderazgo en el sector público
algo que destaca es precisamente eso: el inexperto dirige al experto, aquel que
posee estudios, capacidades, cualidades y suficiente experiencia es guiado por
aquellas personas “que han tenido una ayudita extra” para acceder al cargo público
que ocupan, quedando así desvirtuados los verdaderos valores que deben primar a
la hora de elegir un auténtico líder.
Prestigio, experiencia, conocimiento, habilidades… ¿Dónde
quedan? ¿Poder del experto?
Es algo esencial que debemos plantearnos, una de las bases
fundamentales que deben funcionar para el correcto desenvolvimiento de una
organización, desde una pequeña entidad pública hasta el propio gobierno,
considero que es algo primordial y que falla en nuestro sistema. El líder, la
guía de referencia debe estar preparada, capacitada y merecer el puesto que
ocupa y su función jamás debería ser obtener exclusivamente beneficios propios
sino que debería volcarse en conseguir los objetivos de la organización y
mantener la coherencia y el buen funcionamiento de la misma y de las
personas que la conforman y que están a su cargo.
Deberíamos plantearnos cuestiones de fondo como estas, cuestiones
que considero que son el verdadero causante de que una organización falle.
Cualquiera que sea el objetivo de una organización se
necesita de su buen funcionamiento para conseguirlos, algo esencial es un buen
líder, un buen jefe que guíe en el camino y resuelva adversidades y para ello
debe estar al frente la persona mejor capacitada y la que mejor defienda el
cargo, cosa que desde mi opinión, hoy día, en la mayoría de organizaciones no
sucede.
Propuesta: Ana Figuereo Rodríguez
Buena reflexión Ana, estoy de acuerdo contigo. Yo al igual que tu opino que para que una buena organización funcione, lo primero que tiene que ser adecuado es el jefe, el directivo. Esta figura es la primera que tiene que estar cualificada y tener los conocimientos necesarios para saber como dirigir y poner en marcha la organización que dirige, al igual que ser el competente para enfrentarse a cualquier adversidad que pueda existir en la organización.
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