Reflexión
personal: liderazgo y confianza.
Es
evidente que un buen líder debe poseer unas características
específicas que lo hagan apto para ocupar tal puesto. Algo que hace
que no cualquiera esté capacitado para ello.
Pues
bien, de entre las múltiples características que todo líder debe
poseer, considero de gran importancia la confianza que genera en sus
empleados. Y no me refiero solo al hecho de hacer creer que es un
líder capaz, y más que hacer creerlo, serlo; sino también, y quizá
lo más importante, esa capacidad de hacer que los trabajadores
confíen en sí mismos y en sus compañeros.
De
hecho, creo que actualmente el problema básico presente en los
ciudadanos de nuestro país, es la falta de confianza en los
políticos, los gobernantes, aquellos que se supone que velan por los
intereses generales y no por los particulares, aunque esta quedando
demostrado que no es así como lo ponen de manifiesto los múltiples
casos de corrupción que se están sucediendo últimamente en nuestro
país, entre otros muchos hechos. Aunque ese es otro tema que merece
discusión aparte, pero lo traigo a colación porque esto bien se
podría trasladar al ámbito de las empresas y para que seamos
conscientes de la importancia que la confianza tiene en el liderazgo
y el papel tan importante que desempeña en este ámbito. Tanto es
así, que la falta de confianza en el líder provoca descontento,
desmotivación, que el grupo no trabaje al máximo rendimiento y se
conforme con resultados mediocres y lo peor de todo, que no se
sientan identificados con los valores y objetivos que el líder
transmite a sus empleados.
De
este modo, para que la confianza genere consecuencias beneficiosas
para todos, ante determinadas situaciones, dicho líder debe, en
primer lugar, definir con claridad el problema, el reto o el cambio
al que se enfrenta y comunicárselo a sus empleados, permitiendo que
todos y cada uno de ellos participen en el mismo para conseguir el
resultado que se desea. Resultado que se debe conseguir a través de
la delegación de tareas, pero para ello, otro aspecto importante es
que el líder conozca bien a su plantilla y el trabajo que realiza
cada uno, para así saber con certeza qué actividad asignarles y
explotar, de esta forma, su talento y su implicación dentro del
grupo. Y así, poco a poco conseguir que aumente la confianza en el
líder.
Todo
esto hace que el grupo confíe en sus posibilidades y en que pueden
lograr lo que se propongan, sintiéndose así útiles y aumentando su
motivación, logrando los objetivos de la empresa, la máxima
eficiencia y su buena marcha.
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