La Corrupción en la Función Pública
Reflexión Personal de Irene Sánchez Sánchez
Ya sabemos la situación actual mundial, y en concreto la de
nuestro país. Conocemos como la corrupción se hace eco en el día a día, tanto
fuera como dentro de la Administración Pública, y no debemos olvidar que no son
mundos o partes separadas, sino que van unidas y para acabar con una deben
tomarse medidas globales.
Como bien ha comentado nuestra compañera Miriam Marín en su reflexión personal,
la ética pública debería ser parte de la enseñanza en todos los niveles
educativos. La interiorización de los valores éticos no debe comenzar en el
momento en que las personas pasan a ser empleados públicos, sino desde su condición
misma de ciudadanos, servidores y usuarios de los servicios y la función pública
al mismo tiempo.
Los empleados públicos llevan a cabo acciones deshonestas
tanto para su interés propio como para el beneficio de ciudadanos cercanos a
ellos. Desde ese momento, dejan de ver la ciudadanía afectada, pues forma parte
del círculo corrupto, sin olvidar las prácticas ciudadanas de eludir tributos,
falsear declaraciones y aportar datos que falsean la situación real para
obtener beneficios que no le corresponden.
Todos debemos tomar conciencia de lo que está ocurriendo, y
tomar medidas que eliminen la corrupción desde su nacimiento, desde que la actitud
desleal puede entrar en las personas. La prevención de la corrupción debe
basarse y tener como pilar fundamental la educación, además de las medidas de
control, legislativas y de prevención pertinentes.
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