jueves, 28 de marzo de 2013

REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE LA CORRUPCIÓN

Reflexión personal de Macarena García Muñoz


En los momentos que atravesamos, me parece realmente interesante reflexionar sobre la corrupción, y más concretamente, sobre la corrupción política, entendida como la más clara manifestación de ausencia de ética pública.

Es bochornoso que el país en el que vivimos se conozca en el resto del mundo por figuras como la corrupción y que no se haga nada al respecto. De la larga lista de tramas de corrupción política en España podemos destacar  el “CASO MALAYA”, “CASO BÁRCENAS” o “CASO NÓOS” entre otros.

Según la última encuesta del CIS, hecha pública a principios de enero, recoge que los políticos, la corrupción y el fraude son los aspectos que más preocupan a los ciudadanos españoles, muy por delante de asuntos como la Sanidad, la Educación o la Justicia. Estos datos deberían de preocupar y hacer reflexionar.

Cada vez es más frecuente que los políticos asciendan al poder simplemente para lucrarse  ellos mismos, dejando olvidado su fin primordial consistente en satisfacer los intereses de la ciudadanía, recogido en el artículo 103 C.E. Debido a ello, hemos llegado a tal punto en el que a los políticos no les importa traicionar la confianza que los ciudadanos depositan en ellos. Todo esto trae consigo desprestigio de la democracia y desconfianza ciudadana en sus gobernantes.

A raíz de lo anterior,  podemos decir que la corrupción se ha convertido en un fenómeno arraigado a la sociedad, que se transmite de generación en generación, el cual impide el crecimiento del país.

Hay que tener claro que para hacer frente a la corrupción política se debe llevar a cabo una lucha permanente, pero ¿qué medidas se pueden adoptar para erradicar este fenómeno? desde mi punto de vista, pienso que erradicar la corrupción política hoy por hoy es imposible o bastante difícil, ya que supondría principalmente insertar un cambio en la mentalidad o perspectiva de la sociedad. La corrupción es un fenómeno que está tan arraigado a nuestra sociedad que siempre existirá el pensamiento de “si él estando en el poder lo ha hecho, ¿por qué no me voy a beneficiar yo?”

Sin embargo, sí creo que es necesario adoptar medidas que pongan freno y disminuyan la corrupción política, es decir, debemos de comenzar poco a poco la tarea de terminar con la misma. ¿Cuáles son estas posibles medidas? En primer lugar, hay que concienciar a la población de valores morales como la decencia, la honradez y el servicio público desde los primeros niveles de educación e implantar desde edades tempranas que se trata de actos  inmorales que conllevan una serie de consecuencias. Por supuesto, hay que aumentar los mecanismos de control de la gestión pública estableciendo mayores consecuencias jurídicas para los infractores, al igual que establecer  una supervisión y transparencia apropiadas. También, es necesaria una democratización de todas las instituciones al mismo tiempo que una participación directa de los ciudadanos en la toma de decisiones, ya que las mismas repercuten en ellos.


Por último, quiero terminar planteando una pregunta ¿seguiremos tolerando la corrupción dando lugar a la descomposición de la democracia o, por el contrario,  se hará frente a ella para atender a los intereses generales? Pues la respuesta está por ver.




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