Las empresas, para generar valor, deben
centrar su planteamiento en los individuos, ya que son estos los que hacen posible los objetivos a través de sus propias
aptitudes y capacidades en el trabajo.
Así pues bajo mi punto de vista los individuos
además de acudir a su trabajo para conseguir la satisfacción de sus necesidades,
deben de llevar consigo su capacidad de trabajar, al igual que una disposición de trabajo, lo que conllevaría
al buen ambiente en el mismo y a la consecución de esos objetivos que necesita
satisfacer la empresa. Esto se consigue a través de un equilibrio entre ambos
donde, tanto las necesidades de los individuos como las de la empresa se pueden
ver satisfechas por igual.
Pero, ¿por qué es tan importante este equilibrio
estático y dinámico? La respuesta está en esta satisfacción de las necesidades
y en un error en la cultura de la sociedad donde parece ser que el éxito solo
se consigue a través de la renuncia de los valores humanos. Este es el problema que hay que solucionar, y
comprender que el éxito profesional y empresarial de la empresa no tiene por qué
ser contrario al éxito personal de los individuos. La mejor forma de trabajar
para los trabajadores y de que realicen mejor su trabajo será aquella en la que
las empresas se conviertan en grandes lugares para trabajar y desarrollarse,
tanto profesional como personalmente.
Los números no engañan, y las estadísticas nos dicen
que una empresa que no solo se centra en sus objetivos, sino también en las
necesidades de sus trabajadores, consigue mayores niveles de rendimiento. Grandes
empresas como Google o McDonald`s ya lo han hecho y los resultados han sido
increíbles.
En este vídeo podemos ver cómo se han incrementado
la satisfacción laboral en Google en los últimos años,convirtiéndose en una de
las empresas que más han crecido.
En uno de los extremos
de la balanza donde debe darse dicho equilibrio se encuentra el polo del
individuo donde el esfuerzo y la capacidad de la persona en el trabajo deben
ser las apropiadas para que pueda lograrse un nivel de ejecución adecuado .En
el otro, es decir el de las organizaciones, las recompensas y sanciones de
éstas tienen que ser aptas para que se pueda satisfacer las necesidades del
polo opuesto, en otras palabras, el de los individuos.
Este es el equilibrio que
debe emplearse para que la empresa funcione
correctamente, pero no todo termina con tal
equilibrio sino que éste debe revisarse continuamente para evitar que cualquier cambio pueda
provocar anomalías en el funcionamiento de la empresa.
Las buenas relaciones
entre individuos y empresas crearán buenos profesionales, y esto a su vez
buenas empresas.
Publicado por Silvia Gallardo Bencano
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