Por Alicia González Carmona
Recursos Humanos RRHH Press - El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha presentado hoy ante el Consejo de la Policía el borrador del Código Ético de la Policía Nacional, que supone una garantía adicional a un servicio de seguridad pública de calidad.
El objetivo de este Código Ético es condensar y sintetizar en un documento único esos principios para que sean estudiados en los centros de formación e interiorizados por todos los componentes de la Policía Nacional como base fundamental de su actuación policial.
Manual de liderazgo social y profesional
Este código deontológico quiere ser un instrumento útil para el policía y válido también para la sociedad, al convertirse en una garantía adicional al actual sistema de derechos y garantías constitucionales. Su objetivo es el respeto y la defensa de la dignidad humana y el impulso del ejercicio profesional policial desde la máxima integridad. Con la interiorización de los principios y valores recogidos en este Código se pretende que finalmente sea cada agente, de manera voluntaria, libre y responsable, el que decida con criterios éticos cuándo, cómo y dónde intervenir.
Según sus promotores, el código “es un manual de liderazgo social y profesional cuyo propósito es generar una Policía Nacional más ejemplar si cabe, más prestigiosa, proactiva en prevención, responsable, transparente, imparcial y con una prioridad: la atención al ciudadana”.
El Código Ético de la Policía Nacional se adecua al marco europeo y da respuesta a la recomendación del Consejo de Europa sobre el Código Europeo de Ética de la Policía, además de apoyarse en los principios básicos de actuación recogidos en la LO 2/86 de FFCCSS.
Los principios éticos recogidos en este nuevo código son:
- Contribuir al bienestar y la cohesión social como primer objetivo de la institución policial
- Proteger y respetar el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, así como la dignidad e integridad de las personas, especialmente las que se encuentren bajo custodia
- Colaborar con la administración de justicia en la aplicación de las leyes, la investigación de los delitos y en la protección y tratamiento correcto de las víctimas, testigos y detenidos
- Cumplir las órdenes siempre que se ajusten a los criterios de legalidad y ética profesional y oponerse a realizar todas aquellas que puedan vulnerar derechos fundamentales o vayan contra la Constitución o las leyes
- Rechazar todo acto de corrupción y actuar para evitarlos, denunciando todos aquellos de los que se tuviera conocimiento
- Evitar toda discriminación por razón de raza, etnia, religión, creencias, sexo, edad, ideología, discapacidad o cualquier otra de similar naturaleza.
- Dar un trato correcto a los ciudadanos a quienes se ofrecerá información suficiente y se asistirá en aquellas situaciones que requieran una primera actuación para evitar cualquier situación de riesgo o desamparo
- Prestar un tratamiento especializado a las personas más vulnerables de la comunidad
- Guardar el secreto profesional de todas las actuaciones, garantizando el derecho a la intimidad y a la propia imagen
- Evitar situaciones de abuso de poder y hacer un uso siempre proporcionado de la fuerza aplicando preferentemente la prevención
- Responsabilizarse individualmente de todas las actuaciones profesionales y oponerse a aquellas que puedan vulnerar las disposiciones de este Código y de la legislación vigente
El fin último de la función policial es la defensa nacional. Para acometer su actuación, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben atender a una serie de normas jurídicas que regulan el desempeño de su actividad.
ResponderEliminarComo funcionarios públicos, están sometidos al principio de legalidad. Dicho principio constitucional impide el ejercicio de una actuación sin una norma previa que lo habilite al desarrollo de su puesta en marcha.
Al igual que muchas otras profesiones, la función policial se encuentra bajo las directrices de un Código deontológico, cuyo propósito es lograr “el respeto y la defensa de la dignidad humana y el impulso del ejercicio profesional policial desde la máxima integridad”. Para lo cual, los miembros del Cuerpo deberán interiorizar una serie de principios y valores que serán aplicables en el ejercicio de sus funciones. Todo ello, con el objetivo de que los actos perpetrados por los funcionarios públicos no sean vicios, es decir, no constituyan actos nocivos perjudiciales para terceros sino que, por el contrario, ayuden a sus semejantes (virtudes).
Es una norma jurídica la que aprueba dicho Código, el cual posteriormente vendrá impuesto a los miembros de la Policía Nacional.
Sin embargo, es preciso señalar que, generalmente, son normas internacionales las que imponen a los órganos españoles la aprobación de las medidas necesarias para adecuarse a las recomendaciones de los organismos supranacionales. Por tanto, podemos concluir que la importancia que conlleva un control de los funcionarios públicos no sólo es una preocupación de nuestro país, sino que sobrepasa sus límites.
Como podemos observar en el texto, el Código Ético de la Policía Nacional deriva de una recomendación europea, esto permite reseñar la importancia de la iniciativa europea, así como internacional, en muchos de los textos legales, cuya finalidad es combatir la corrupción e instaurar una serie de principios y valores cuyo predominio es necesario para lograr una Administración Pública buena, honesta y justa.