Es la corrupción política la manifestación más clara de la
ausencia de rrhh y por lo tanto de la inexistencia a su vez de ética pública.
La corrupción aparece cuando los órganos de control no
controlan y las leyes no se cumplen.
Según la ley de Gresham de la Interacción social, la
corrupción tiene como efecto que la mala conducta expulsa a la buena conducta,
esto quiere decir, que todas las personas de la empresa serán incluidas en la
mala conducta aunque su conducta sea adecuada. Estoy totalmente de acuerdo con
esta ley, ya que siempre pagan justos por pecadores, por ello considero que se debe
abogar por instituciones que valoren el buen comportamiento y la solidaridad de
los trabajadores.
Sin embargo por otro lado también estoy de acuerdo con
Francisco Tomás y Valiente al considerar que el efecto más grave que produce la
corrupción es que si es tolerada de modo duradero produce la descomposición del
sistema, pudiendo acabar no con la existencia del Estado, pero sí con la
existencia del Estado democrático, etapa que se alcanza cuando ni los políticos
elegidos ni los ciudadanos electores creen ya en la democracia.
Klitgaard propone la teoría de incentivos para reducir la
corrupción, cuyo punto de partida es asumir que los gobiernos son corruptos
porque la gente es inmoral y la solución es educar a los ciudadanos, lo que se
conseguirá sólo a través de generaciones. Con esta teoría no estoy de acuerdo
ya que no comparto que la gente sea inmoral por naturaleza, al contrario
considero que toda persona es moral por naturaleza, es decir, nacemos morales y
es luego la sociedad tan competitiva y dañosa en la que vivimos la que nos
convierte en inmorales.
Para acabar con la corrupción debemos poner en marcha una
serie de políticas, entre ellas; las preventivas encaminadas a la
simplificación de la maquina administrativa, las encaminadas a terminar con la
impunidad y por último y no menos importantes las educativas.
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