lunes, 14 de abril de 2014

REFLEXIÓN DE ANA GARCÍA MESTRE: DUPLICIDADES Y VACIOS DE LA ADMINISTRACIÓN

    La situación  de las administraciones en materia de competencias y su legislación actual tienen su génesis en las operaciones llevadas a cabo en  la Transición democrática. Bien  es cierto que la descentralización en España ya se observaba en los fueros de algunas regiones , pero es el artículo 149 de la Constitución  quien concreta el reparto de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, determinando las competencias que corresponden, de modo exclusivo, al Estado , como son las relaciones internacionales, la nacionalidad o administración de justicia , a menos que se determine mediante Ley Orgánica de transferencia y delegación previstas en el art. 150.2 CE. Como es el caso de la ejecución de la legislación por parte  de las Comunidades autónomas. A modo de ejemplo,  la legislación civil.

     Esta compleja distribución de competencias trae consigo una serie de problemas que se explican a continuación:

En primer lugar las Duplicaciones. El nuestro, es un país con varios niveles administrativos en los que conviven el Estado Central, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones Provinciales y las  Entidades Locales,  provocando pues,  que en España se produzcan frecuentes casos de competencias duplicadas.

En segundo lugar encontramos vacíos administrativos en casos de localidades con un número pequeño de habitantes, pues se está dando la situación en la que cubren  las necesidades del ciudadano otras instituciones a las correspondientes, pues estás no se hacen responsables de ese gasto, del cual en épocas pasadas no se despojaban  por un simple asunto de suma de votos electorales.

Otro de los mayores problemas es el gigantesco cuerpo burocrático, que ralentiza el normal funcionamiento de los procedimientos administrativo con demasiados requisitos y largos plazos de actuación.

 Las causas de estos problemas lo encontramos en  vacíos legales  y en la falta de desarrollo completo sobre competencias y prohibiciones.

A demás  las duplicidades también son debidas a rivalidades políticas como podría ser el caso de los nacionalismos, en los que en lugar de llegar a un consenso, a veces se opta por duplicar el servicio. Sírvase de ejemplo la duplicidad que suponen Mossos d’Escuadra en convivencia con los demás cuerpos de seguridad del Estado.

 Las  soluciones de dichos problemas se sustanciarían en  desarrollar más detalladamente la Ley, tanto en materia de competencias como en materia de presupuesto.

Junto al desarrollo normativo es necesario también un control objetivo eficiente sobre la utilidad y eficacia de las administraciones  mediante un registro y la consecuente eliminación de los trámites sobrantes y repetidos, evitando el despilfarro de recursos.

Llegamos a la Conclusión de que la situación de crisis económica que sufre nuestro país ha dejado en descubierto un debate que ya se venía escuchando, y que ahora se observan las consecuencias de no haberse realizado dicho debate con seriedad y con la finalidad de buscarle soluciones, puesto que no se podrá llegar a una solución eficaz a menos que se pongan de acuerdo todos los agentes implicados en la gestión de los recursos.

No obstante la aplicación de estas medidas para  la mejora y eficiencia del sistema  en ningún caso debe  implicar el despido de empleados sino  una recolocación en otras áreas  teniendo en cuenta las capacidades y características de dicho empleados, para la mejora en el servicio

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