Muchas personas han pasado por eso: Te sientas, delante de ti hay una persona vestida de traje, normalmente con una cara seria, y tras una breve presentación entre ambos, comienza a hacerte una pequeña entrevista, en la cual normalmente podrá dilucidar si eres valedor del trabajo por el cual estás ahí, terminando esa entrevista con un "está contratado" o un "ya le llamaremos".
Ese "Face to face" ha sido uno de los elementos posiblemente más utilizados durante muchísimo tiempo como una de las medidas estrella para la selección de personal. Pero la cuestión es, ¿Es a día de hoy factible seguir haciendo este tipo de entrevistas? Los grandes avances tecnológicos del siglo XXI nos han demostrado que ya pueden hacerse entrevistas a miles de kilómetros de distancia. Con un simple click, el mundo está interconectado.
¿Por qué, entonces, poder seguir haciendo una entrevista cara a cara, si hoy con un sencillo programa como Skype, puedo ver a quien entrevisto y hablar con él? Se ahorran muchas molestias desde luego. ¿Quién no ha visto ese típico vídeo gracioso donde el entrevistado sólo llevaba la parte de arriba del traje, mientras que iba en calzoncillos, por el hecho de que no se veía en la webcam?
El ahorro y el trabajo se simplifican, se vuelve posiblemente un método más eficaz y eficiente. Pero a mi manera de ver, una webcam no podrá nunca compararse con ese "Face to face" que mencionaba al principio.
La razón de esto, para mí, es muy sencilla, y está relacionada con la primera y la segunda fase que han de seguir una entrevista, la planificación y el inicio de la entrevista: El entorno, el clima de confianza, el cara a cara. Nunca sabrás como es una persona hasta que no la tengas delante de ti. Porque es en ese frente a frente donde verdaderamente entrevistador y entrevistado pueden verte, evaluarse, y saber que esperan el uno del otro. Muchas veces, un simple estrechón de manos puede decir más que varias palabras tras una simple cámara.
Por eso, pienso que en un mundo en el que cada vez estamos más digitalizados, y en el que estamos cada vez más conectados con un simple click del ratón, seguiremos necesitando el factor humano. Una persona delante de uno o varios entrevistadores, seguro de si mismo y con confianza, y que demuestre el papel y el valor que puede tener para la empresa, pienso que siempre tendrá mucho más valor, que el simple hecho de mirar una pantalla de ordenador. El "Face to face" nunca podrá ser relevado.
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