viernes, 27 de marzo de 2015

Ética y corrupción en el empleo público

Reflexión propuesta por Mercedes Alonso Forcada

Como ya sabemos, uno de los grandes problemas que sufre nuestro país actualmente es el tema de la corrupción, y como también sabemos, la corrupción es la falta de ética, entre otras cosas.
Nunca han faltado los comentarios respecto a la forma de trabajo de los empleados públicos y su conseguida fama en cuanto a la ejecución del mismo.

Quizás, en los tiempos que corren, el empleo público es una forma de trabajo que con el paso de los años se estacan, y cuando hablo de estancarse me refiero a que a día de hoy, cualquier trabajo que encontremos, una de las bases imprescindibles para ejercerlo de forma adecuada es estar continuamente actualizado, tanto a nivel tecnológico como intelectual, cada día las cosas cambian más rápido. Pero esto, en el empleo público no se observa tan claramente, puesto que el obtener una plaza en la administración pública, principalmente es una maratón que haces antes de entrar en el cuerpo, ya que competimos con el resto de personas para obtener la plaza, pero una vez obtenida ya no hay persona que te la arrebata, ya que una vez obtenida no es común competir con otros por el puesto, y además, es muy difícil echar a un funcionario de su puesto, principalmente porque las causas para poder retirarlo del puesto no son muy comunes. Esto, unido al sueldo que ganan, la estabilidad que da y el control mínimo que tienen comparado con cualquier empresa privada hace que sea apetecible para cualquier persona acceder a la función pública a pesar del esfuerzo que requiere para conseguirlo, porque sabe que es una inversión a largo plazo, y que una vez conseguido tiene mucho más beneficios que desventajas: sueldo perenne, estabilidad, casi imposibilidad de despido, sin competencia, controles mínimos, etc…

También sabemos que el poder corrompe, y en lo últimos años estamos viviendo casos de corrupción en las administraciones públicas que a todos nos dejan boquiabiertos, y hacen que se ponga en entredicho los controles que debería ejercerse sobre la misma y la falta de ética del personal, entre otras cuestiones.


Por todo ello, considero que la preparación y gran cualificación que pueda tener un empleado público no es suficiente para acceder a la administración pública, puesto que un empleado público hace un servicio a esta comunidad y esta misma le paga por lo que hace, lo cual conduce al compromiso y deber que tienen los empleados públicos con y para la sociedad, puesto que es esta misma sociedad quien confía en la administración para que haga una buena gestión de los recursos. 

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