Noticia enviada por Lorena Parrales García
Recursos
Humanos RRHH Press. La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha advertido de
que la consolidación de las tecnologías de la información y la comunicación ha
supuesto un cambio en las relaciones entre las personas, y también en las
relaciones entre empresas y consumidores.
En este
contexto tecnológico, la UOC asegura que las necesidades de los consumidores
han evolucionado, y ello les lleva a buscar empresas que les aporten no solo un
producto de calidad que satisfaga sus necesidades, sino también una serie de
valores de tipo social, que contribuyan a hacer del mundo un lugar mejor.
Por
ello, la UOC asegura que ha llegado el momento del llamado ‘Marketing 3.0’,
“una manera de vender en la que el consumidor pasa a ser persona”. Según Ana
Jiménez-Zarco, profesora de los Estudios de Economía y Empresa
de la UOC, Marketing 3.0 supone “una nueva visión del marketing”,
en la que “la relación de la empresa con el
cliente se hace pensando en sus necesidades”.
Según
Jiménez-Zarco, “hemos pasado del nivel del 'yo' a un
'nosotros' con valores sociales que afectan a la colectividad, como por ejemplo
la responsabilidad con el medio ambiente”. Este cambio de
mentalidad se debe, según la profesora de la UOC, al contexto actual, en el que
la crisis económica y el agotamiento de los recursos del planeta son aspectos
de primer orden. En este sentido el estudio realizado por la consultora
Southerlandgold indica que en países como Estados Unidos el porcentaje de gente
que recicla o compra artículos de segunda mano se ha incrementado alrededor de
un 25 % en los últimos diez años.
Empoderamiento
del consumidor
Con esta
nueva manera de hacer, los consumidores dejan de ser vistos como personas que
solo buscan satisfacer sus necesidades para pasar a ser seres humanos con
valores y aspiraciones complejas. Unas personas que, además, han conseguido un
gran poder.
Javier
Martín, colaborador docente del MBA Social Entrepreneurship de la UOC
y experto en marketing, afirma que “las TIC y las redes sociales se han
convertido en una herramienta que ha dotado la gente de independencia. Se han
eliminado los intermediarios porque los consumidores pueden prescindir de
ellos”. Un empoderamiento del consumidor que llega, incluso, a
incidir en la política de la empresa. “Las TIC dan la capacidad a la persona
de poder comunicarse y poner su voz al alcance de todo el mundo. Ya no tenemos
conversaciones privadas, sino globales y públicas”, asegura
Jiménez-Zarco. “Una opinión mala en la red puede
repercutir en el comportamiento de otros clientes y en la imagen de la
empresa", añade la experta.
Vínculos
emocionales
Esta
nueva situación ha obligado a las empresas a escuchar, de otro modo, a sus
consumidores. “El cliente es quien tiene que guiar
nuestros pasos para poder ofrecerle lo que necesita”, afirma Javier
Martín. De hecho, con el marketing 3.0, las compañías hacen partícipes a sus
clientes de numerosos procesos. “El cliente se implica en los procesos
de la empresa hasta el punto de que forma parte de ellos. El objetivo es que
este se sienta satisfecho y genere opiniones positivas. Todo ello provoca un
vínculo emocional que es muy difícil de romper”, indica
Jiménez-Zarco. Unos vínculos que harán que el consumidor vea la empresa con
otros ojos y que su estimación pase a ser fidelidad. La empresa deja de ser
vista como simple proveedor de productos para consumir y pasa a ser una
compañía que representa los valores vitales y espirituales de sus consumidores.
Economía
colaborativa
Esta
nueva manera de vender también tiene mucho que ver con la situación económica
actual, en la que la crisis económica ha hecho estragos en el mercado laboral y
en la calidad de vida de las personas. Esta situación ha provocado, según la
UOC, que los mismos consumidores se cuestionen los beneficios de un sistema que
solo beneficia a una pequeña parte de la población mundial.
“Desde
que la gente toma el protagonismo, los aspectos más sociales, solidarios y que
tienen que ver con el medio ambiente se ponen de relieve",
explica Martín. “Muchas de las iniciativas que se
están poniendo en marcha no se mueven solo por un beneficio económico, sino
también con el ánimo de aportar beneficios sociales”.
Muestra
de ello son las casi 1.600 empresas que apoyan la iniciativa del bien común,
que, impulsada por organizaciones como Economía del Bien Común, valora de forma
positiva iniciativas empresariales que apuestan por el comportamiento ético con
los clientes, o por el incremento de los estándares sociales y de calidad en
los productos. Es lo que se denomina ‘economía colaborativa’,
que pone el énfasis en el bienestar colectivo y en el trabajo en red.
“Es una
evolución del capitalismo más agresivo que hemos vivido hasta ahora, a pesar de
que esto depende de la parte del planeta que analicemos. Los países emergentes,
como China o India, se encuentran en una fase diferente, en un modelo económico
que en los países más desarrollados se está extinguiendo",
asegura Jiménez-Zarco.
Nuevas
reglas de juego
Esta
economía colaborativa también está transformando el papel de las empresas e
instituciones, una situación que, para Javier Martín, se convertirá en uno de
los retos más inmediatos para el marketing.
“La
economía colaborativa puede hacer que la gente se organice prescindiendo de
intermediarios, como es el caso del crowdfunding”, expone
Martín, cosa que haría que llegar a estas personas, para vender un producto o
un servicio, fuera cada vez más difícil.
“Cada
vez hay más gente desencantada del sistema, que se organiza y que opta por el
autoconsumo. Uno de los grandes retos del marketing será, sin duda, llegar a
todas estas personas que están al margen de los medios de comunicación actuales
y que, con sus acciones, están cambiando las reglas del juego”,
concluye Martín.
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