Noticia aportada por Rosario Luque Belmonte
Lo público necesita
líderes acordes con los tiempos que corren y los complejos
desafíos a los que se enfrenta la sociedad. Líderes en plural y con
mayúsculas. No hablo de visionarios, ni de los hiperliderazgos ensalzados
por partidos o medios de comunicación, ni siquiera de quienes ocupan posiciones
formales de relieve en las estructuras jerárquicas burocráticas. Hablo de todas
y cada una de las personas que trabajando en lo público pueden contribuir
directamente en la creación de valor y bienestar para los ciudadanos.
Políticos, empleados públicos; directivos, mandos intermedios, empleados base.... Todos ellos deberían potenciar o desarrollar algunas cualidades que en mi opinión son necesarias para un adecuado liderazgo público en el siglo XXI.
Políticos, empleados públicos; directivos, mandos intermedios, empleados base.... Todos ellos deberían potenciar o desarrollar algunas cualidades que en mi opinión son necesarias para un adecuado liderazgo público en el siglo XXI.
- Líderes
en red, que superen la visión del liderazgo autocrático
y burocrático siendo capaces de concebir la gestión como algo relacional.
- Líderes en tenacidad, aglutinadores
de consensos para una colaboración exitosa.
- Líderes
en visión estratégica, no tanto al servicio de una
planificación difícil de llevar a la práctica por las restricciones
temporales de las responsabilidades públicas, subordinadas a la duración
del mandato político y por la mudabilidad del entorno en el que han de
ejercerse.
- Líderes
en gestionar el cambio y crear no sólo valor
público (algo que puede ser efímero), sino patrimonio público (lo que
queda del valor público añadido, lo que se consolida y permanece).
- Líderes
en resultados, donde más que la búsqueda de output,
del beneficio económico cortoplacista, debe procurarse el outcome,
el valor social a largo plazo.
- Líderes
en rendir cuentas y asumir responsabilidades,
con hechos más que con palabras.
- Líderes
en trabajar en contextos participativos, que
requieren actitudes propias en favor del trabajo en comunidad frente al
individualismo tradicional.
- Líderes
en valores, puestos todos ellos al servicio de un cambio
de cultura en su organización que es del todo imposible realizar a golpe
de decreto.
- Líderes
en caerse y volverse a levantar, asumiendo el riesgo y
el error como algo natural y necesario para avanzar y mejorar.
- Líderes
en credibilidad, lograda a través de un constante de
coherencia y sentido común impregnado en su hoja de servicios.
Así a bote pronto a mí se me han ocurrido estos
diez. ¿Se os ocurre alguno más? Seguro que sí....
Fuente original: http://www.i-publica.blogspot.com.es/2014/03/lideres-en-lo-publico-lideres-en.html
Esta noticia me parece bastante interesante, pues considero que en todas las facetas de nuestra vida, de una u otra forma, está presente la figura del liderazgo, sobre todo, en personas que cuentan con unas capacidades o características personales para influir desde su entorno o ámbito familiar, más directo, hasta su propio trabajo, o equipo.
ResponderEliminarEs por ello, que dicha figura está presente tanto en el sector público como en lo privado, pues de una u otra forma en ambos ámbitos se demanda dicha figura para encaminar hacia lo correcto o más factible todas las decisiones que se tomen en dicho ámbito.
Por tanto, podría decirse que hay tantos tipos de líderes como personas con cualidades distintas existen, ya que todos somos diferentes, y esta figura puede estar reflejada en una persona de una forma muy distinta a cómo lo está en otra. Un líder lo puede ser por ejemplo, como se observa en la noticia publicada, por ostentar credibilidad, lograda a través de una constante coherencia y sentido común en sus servicios, mientras que, otro puede ser un líder por los resultados obtenidos. Ello será tan amplio como amplitud de figuras pueda imaginar nuestra mente.