Reflexión Personal propuesta por jerónimo González Matas –
12/5/2014
Hoy en día el proceso de selección de los aspirantes a un
determinado puesto de trabajo en una empresa o Administración Pública, no es
que sea muy diferente del de hace 10 o 20 años. Por todos son conocidas las
entrevistas de trabajo, oposiciones o concursos como modelos básicos y
permanentes a lo largo del tiempo de selección de los empleados, pero, ¿Son
realmente eficaces?
Es cierto, que se ha ido evolucionando en lo que llamamos el
ámbito interno de la organización una vez adquirido el puesto desde el propio
momento que entra el trabajador de cara al proceso de integración en las
diferentes áreas (técnica, organizativa y humana) y el seguimiento de la
acogida en el mismo.
Sin embargo, lo que a esta reflexión se refiere, es a los
propios procesos de selección. Vemos como se siguen exigiendo en el ámbito de
las Administraciones Públicas grandes conocimientos teóricos que no se ven
reflejados en las pruebas de selección como son las oposiciones; por
experiencia, los conocimientos requeridos (dependiendo del nivel de acceso) en
base a la prueba y el tiempo disponible son totalmente reducidos y absurdos de
cara a establecer quién sabe más y quién menos. Supone un estándar objetivo,
pero no real. A esto hay que sumarle la falta de requisitos prácticos, es todo
teórico. En este último punto, tienen gran parte de culpa las Universidades, ya
que el nivel práctico de su oferta estudiantil es muy reducido y hace que los
estudiantes no obtengan la experiencia, muchas veces necesaria, para
desarrollar trabajos en su ámbito de estudio.
Del mismo modo, lo vemos reflejado en el ámbito de las
corporaciones empresariales, donde con una entrevista personal podemos
determinar quién es apto para el trabajo o no. Considero esto erróneo ya que la
actitud de la persona ante la entrevista y el renombre influyen mucho más que
los propios conocimientos exigidos y demostrados. Una persona tímida y callada
en una entrevista puede llegar a ser mucho más productiva que otra con un
carácter firme y arrollador.
Por tanto, ¿Qué prima en la selección de los aspirantes, los
conocimientos puros o la imagen? No creo que los sistemas actuales sean malos,
pero creo que deben evolucionar y abrirse a nuevas exigencias y cambios de
perspectiva. Además, las personas responsables de esa selección tienen que
tener unos conocimientos y capacidad de captación a la altura de su labor.
Comentario Realizado Por: Javier Méndez Rodríguez.
ResponderEliminarEs cierto que en la Universidad la oferta práctica que nos ha tocado es muy escasa y breve por lo menos a mi parecer, una duración total de 4 meses resulta insuficiente de cara al futuro y como toda práctica, su inejercicio conlleva su olvido, por lo menos se realizan a final del grado, en el plan antiguo de la universidad se realizaban justamente en el momento que se alcanzaba la mitad de la diplomatura o licenciatura, lo que conllevaba que existía más lapso de tiempo entre su realización y el fin de la carrera.
En todas las páginas de internet que están especializadas en la búsqueda de empleo, por ejemplo, infojobs, podemos encontrar que la mayoría de empresarios requieren FP de graso superior, en realidad se encuentran más preparados que a veces un universitario, por ejemplo, en un grado superior de secretariado, el alumno aprende dos lenguas, conocimientos juridicos, informática aplicada y casi medio año de prácticas en empresas, cuando, lo lógico sería, que a mayor educación, mayor debería ser el prácticum.
Por último despues, al enfrentar una oposición la mayor parte de los conocimientos teóricos no van a ser de aplicación en la práctica.