Propuesta
por Miriam Tristancho Serrano
¿Cómo
conseguir un puesto de trabajo? ¿Qué perfiles profesionales demandan
actualmente las empresas? Estas cuestiones
se están convirtiendo en un grave problema para todos, pero especialmente para
la población joven que carece de experiencia profesional y para la población
adulta y anciana que se queda sin trabajo en una edad avanzada.
Habitualmente
encontramos en periódicos, en portales de empleo, etc., anuncios de empleos que
requieren mínimo dos años de experiencia. Cuando una persona recién graduada,
con su máster acabado, con su correspondiente título de inglés ve este tipo de
noticias, puede llegar a preguntarse ¿De
qué ha servido tanto esfuerzo, tanto tiempo y tantos recursos empleados en mi
formación? Esta es la realidad de estudiantes como nosotros. Si nadie nos da
una oportunidad es imposible que consigamos experiencia, que adquiramos
conocimientos nuevos y que aprendamos a trabajar. En estos momentos muchas
empresas piensan que todo esto supone un coste añadido y no invierten en
personal. Puede que tengan razón pero no deben olvidar que las personas son los
recursos más valiosos que poseen y que de ellas depende su éxito.
Hemos escuchado
millones de veces frases como “sois vosotros quienes os tenéis que labrar
vuestro futuro”, “no vale con ser bueno, hay que ser el mejor”, pero hay que
tener en cuenta que no todas las personas tenemos las mismas capacidades y que
una persona tenga más títulos y mejores notas que otros no significa que sepa
desenvolverse mejor en el mundo laboral. Por eso opino que no solo se debe dar
oportunidades a las personas “matrículas de honor”, sino que hay que fijarse en
otros aspectos (que normalmente se harán visibles en la entrevista de trabajo)
como la capacidad de solucionar
problemas que no tengan que ver con la teoría estudiada, las ganas de conseguir
el empleo, el interés por aprender.
Por otro
lado, debemos destacar la situación de aquellas personas que a una avanzada
edad han perdido sus respectivos puestos de trabajo. Para muchas de ellas
volver a enfrentarse al mundo laboral constituye un reto importante, ya que nos
encontramos con muchas organizaciones que buscan a personas más jóvenes, con
más conocimientos tecnológicos, con mayor capacidad de aprendizaje, con mayor
habilidad para desempeñar el trabajo, etc. Además, como anteriormente he recalcado,
para las empresas esto puede suponer una pérdida de tiempo y dinero empleado en
adaptar a estas personas a puestos de trabajo diferentes a los que desempeñaban
anteriormente. Por todo ello, veo una buena iniciativa tanto por parte de estas
personas desempleadas como por parte de las que se encuentran trabajando querer
renovar sus conocimientos permanentemente apuntándose a cursos, a másteres, a
carreras universitarias, ya que nunca esta demás estar actualizado (el saber no
ocupa lugar) y nadie sabe lo que le puede deparar el destino.
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