domingo, 11 de mayo de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE EMPLEABILIDAD



Propuesta por Miriam Tristancho Serrano

¿Cómo conseguir un puesto de trabajo? ¿Qué perfiles profesionales demandan actualmente las empresas?  Estas cuestiones se están convirtiendo en un grave problema para todos, pero especialmente para la población joven que carece de experiencia profesional y para la población adulta y anciana que se queda sin trabajo en una edad avanzada.
Habitualmente encontramos en periódicos, en portales de empleo, etc., anuncios de empleos que requieren mínimo dos años de experiencia. Cuando una persona recién graduada, con su máster acabado, con su correspondiente título de inglés ve este tipo de noticias, puede llegar a preguntarse  ¿De qué ha servido tanto esfuerzo, tanto tiempo y tantos recursos empleados en mi formación? Esta es la realidad de estudiantes como nosotros. Si nadie nos da una oportunidad es imposible que consigamos experiencia, que adquiramos conocimientos nuevos y que aprendamos a trabajar. En estos momentos muchas empresas piensan que todo esto supone un coste añadido y no invierten en personal. Puede que tengan razón pero no deben olvidar que las personas son los recursos más valiosos que poseen y que de ellas depende su éxito.
Hemos escuchado millones de veces frases como “sois vosotros quienes os tenéis que labrar vuestro futuro”, “no vale con ser bueno, hay que ser el mejor”, pero hay que tener en cuenta que no todas las personas tenemos las mismas capacidades y que una persona tenga más títulos y mejores notas que otros no significa que sepa desenvolverse mejor en el mundo laboral. Por eso opino que no solo se debe dar oportunidades a las personas “matrículas de honor”, sino que hay que fijarse en otros aspectos (que normalmente se harán visibles en la entrevista de trabajo) como  la capacidad de solucionar problemas que no tengan que ver con la teoría estudiada, las ganas de conseguir el empleo, el interés por aprender.
Por otro lado, debemos destacar la situación de aquellas personas que a una avanzada edad han perdido sus respectivos puestos de trabajo. Para muchas de ellas volver a enfrentarse al mundo laboral constituye un reto importante, ya que nos encontramos con muchas organizaciones que buscan a personas más jóvenes, con más conocimientos tecnológicos, con mayor capacidad de aprendizaje, con mayor habilidad para desempeñar el trabajo, etc. Además, como anteriormente he recalcado, para las empresas esto puede suponer una pérdida de tiempo y dinero empleado en adaptar a estas personas a puestos de trabajo diferentes a los que desempeñaban anteriormente. Por todo ello, veo una buena iniciativa tanto por parte de estas personas desempleadas como por parte de las que se encuentran trabajando querer renovar sus conocimientos permanentemente apuntándose a cursos, a másteres, a carreras universitarias, ya que nunca esta demás estar actualizado (el saber no ocupa lugar) y nadie sabe lo que le puede deparar el destino.



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