PRESENTE
DESOLADOR Y FUTURO INCIERTO
La crisis actual que vivimos los españoles está
marcando nuestro futuro. Si miramos la televisión o los periódicos nos damos
cuenta de que las cosas no están mejorando, que todo es cuestión de política,
que nos siguen engañando, defraudando, disfrazando esas cifras de paro que
bajan poco o simplemente no bajan, etc. En definitiva, la mayoría son
cuestiones desalentadoras, que hacen que jóvenes como nosotros nos planteemos
ciertas cuestiones como ¿Qué vamos a hacer con nuestro futuro?, ¿Qué nos
deparará la vida cuando acabemos nuestros estudios?, ¿Tendremos trabajo?,
¿Podremos llevar una vida independiente?
Todos los jóvenes antes de entrar en la carrera
soñábamos con un futuro, que el esfuerzo fuese recompensado con un buen trabajo
y un buen sueldo, puestos fijos en administraciones, educación, sanidad, pero en estos momentos nos encontramos con la
cruda realidad.
En la
actualidad, la formación que tenemos los estudiantes nunca es suficiente,
siempre nos exigen más y más. No vale solo con tener estudios, sino que hace
falta experiencia, capacidad de respuesta ante las situaciones que se
presenten, actitud, disposición, etc. Por otro lado, muchas de las personas que
encuentran trabajo no ven esa compensación entre esfuerzo y salario, que son en
mi opinión dos de los aspectos más importantes de toda esta problemática.
Todo esto está provocando, entre otras cosas, que
las personas se vayan a otros países a trabajar, que ofrecen más y mejores
puestos de trabajo y mejores salarios, es decir, se está produciendo lo que
llamamos “fuga de cerebros”. Estamos perdiendo a nuestros mejores talentos, a
nuestras personas más capacitadas porque como es lógico, un médico o un
investigador por ejemplo, no se va a conformar con cobrar 1500€ pudiendo cobrar
3000€ en otro país.
Los jóvenes son las personas que más emigran, ya que
no tienen tantas ataduras como las personas adultas, pero hoy día nos
encontramos con que muchos padres de familia han tenido que marcharse a otro
país para poder mantener a sus familias.
La situación española en mi opinión es trágica, no
sé cuál es la solución para salir de ella, al igual que tampoco lo saben las
personas en las que hemos confiado y elegido democráticamente, que se preocupan
más en pelear y desprestigiar a los restantes partidos políticos en vez de
buscar soluciones. No digo que el problema sea fácil de solucionar, ni que la
culpa sea exclusivamente de los políticos, pero al menos deberían poner medidas
para que no se den los casos de corrupción (cohecho, malversación de fondos,
blanqueos de capitales…) que se están produciendo y de los que nosotros solo
conoceremos la mitad (o menos) porque resulta vergonzoso y defraudante ver en
lo que se está convirtiendo nuestro país.
“Y el que lo haga que lo pague”.
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