NOTICIA
PROPUESTA POR MARTA
DOMÍNGUEZ NÚÑEZ
LUNES,
12 DE ENERO DE 2015 12:31
Recursos
Humanos RRHH Press. Uno de los fenómenos que más interés ha
despertado en las últimas semanas ha sido la glosofobia. Muchos de
nosotros nos hemos sentido identificados con el miedo incontrolable
que han sufrido Pastora Soler o Joaquín Sabina en sus últimos
conciertos.
De
hecho, “se
estima que un 75% de la población sufre algún sentimiento de
ansiedad y nerviosismo al hablar en público”,
tal y como afirma Susana
Sosa,
directora de Servicio de Adecco Professional. Sudoración, náuseas o
ritmo cardíaco elevado suelen ser los síntomas físicos de esta
crisis.
La
capacidad para expresarnos correctamente y transmitir un mensaje se
convierte en algo esencial no solo en las situaciones personales,
sino también en las profesionales. Se trata de una fobia ligada
especialmente
a posiciones comerciales o directivas y, hoy en día, también a
cualquier profesional que tiene la necesidad de comunicarse tanto
interna como externamente.
Desde
que hacemos una entrevista de trabajo, pasando por el momento de
convencer en la iniciación de un proyecto o la obtención de
financiación, debemos estar seguros y dar una impresión de que
manejamos el tema del que hablamos. La seguridad en uno mismo y el
entusiasmo que se sea capaz de transmitir son básicos para lograr
influir en los demás. Por este motivo, padecer esta fobia puede
suponer un freno importante en nuestro desarrollo profesional.
El
sistema educativo español no potencia el desarrollo de estas
habilidades. Los grandes expertos nos hablan de que el 90% del éxito
de un buen discurso o presentación tiene que ver con el método y
solo un 10% es innato. Según datos del Observatorio de Innovación
en el Empleo (OIE), promovido por Adecco, 6 de cada 10 universitarios
consideran que el salto hacia el mundo laboral es demasiado grande.
De
este mismo informe del OIE, también se desprende que, por lo
general, los jóvenes consideran que la formación recibida tanto en
la universidad como en las escuelas de Formación Profesional es
inadecuada.
Los
datos en cuanto a las dinámicas de grupo son aún más alarmantes:
alrededor del 85% de los jóvenes no ha recibido ningún tipo de
información acerca de esta técnica de selección de personal,
siendo aún mayor el desconocimiento que manifiestan los estudiantes
de Universidad pública y de FP (86% cada uno), frente al 67% de los
alumnos de la Universidad privada.
En
cualquier caso, los estudiantes esperan ser formados a la hora de
reforzar habilidades como la iniciativa, la capacidad de negociación
y la capacidad de resolución de problemas. Sin embargo, esas
expectativas no siempre no se cumplen.
La
glosofobia, perjudicial para la empresa
Uno
de los aspectos clave en el triunfo de un buen negocio es que los
empleados sean buenos comunicadores. La oratoria es una herramienta
clave para la negociación con los competidores, con los proveedores
y hasta con los propios empleados de la empresa, así como para la
persuasión de posibles clientes. Por eso el secreto del éxito de
una empresa está en que todos los empleados sepan conectar con el
público para transmitir confianza.
Desde
el punto de vista empresarial, hay un déficit en la formación de
los titulados en aspectos clave, pero también en habilidades que a
medio plazo van a definir el éxito profesional de un recién
titulado, según datos del OIE.
La
glosofobia constituye un grave problema para las empresas. Tener
capacidad para comunicarse, persuadir y hacer llegar de forma clara
su mensaje a los otros es una característica imprescindible para
cualquier ejecutivo. Por este motivo, crear grupo de charlas podría
ayudar a sus empleados a hacer frente al miedo a hablar en público.
Que el empleado se sienta seguro tendría que convertirse en uno de
la formación básica de los trabajadores.
¿Cómo
hacer frente a esta fobia?
Las
empresas juegan un papel crítico en la curación de esta fobia.
Pueden y deben ayudar a sus empleados a formarse en este tipo de
competencias, evitar por todos los medios que aumenten las
sensaciones de inseguridad y ayudar a fomentar la compresión y, por
tanto, huir de la crítica. Expertos señalan que los españoles
somos excesivamente censores con los demás y también con nosotros
mismos.
Existen
formaciones específicas y muy a medida para entrenar estas
competencias, pero igualmente hay siempre un método transversal: la
preparación. “Preparar
el discurso con personas de confianza, no tener miedo a la crítica y
adelantarse y saber juzgarse uno mismo”
es uno de los consejos que Sosa recomienda.
Otro
de los métodos que pueden ayudar a evitar ese miedo es la práctica.
Cuantas más veces se ensaya un discurso, mayor dominio se tendrá
sobre éste, algo que te proporcionará mayor naturalidad y soltura a
la hora de presentar. Es importante memorizar la introducción, la
conclusión y las ideas principales para causar un mayor impacto a
nuestros oyentes pero nunca memorizar todo el texto ya que corremos
el peligro de poder perdernos en el discurso.
Hablar ante un gran número de personas, es algo que a la mayor parte de la población suele causarle un gran temor ya que está en juego en muchas ocasiones el conseguir algo que nos interesa y nuestra propia imagen personal. Estoy de acuerdo, en que en los centros educativos debería fomentarse la exposición oral, ya que unos alumnos que sepan desenvolverse en público, serán unos buenos oradores en sus empresas, ya que la retórica es algo fundamental para transmitir confianza sobre todo en el ámbito del marketing y las finanzas.
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