miércoles, 8 de abril de 2015

REFLEXIÓN PERSONAL ACERCA DE LA CORRUPCIÓN POLÍTICA



Por Álvaro Aguilar Toro

Estamos asistiendo en pleno siglo XXI, a una quiebra de los valores morales, tanto en la vida pública como en la privada, por lo que es necesario una profunda renovación en dichos ámbitos para frenar una degradación cada vez mayor, de nuestra sociedad.
La preocupación por la corrupción política es generalizada, ya que es raro el día en que no presenciamos en los informativos (como ejemplo podemos tomar el escándalo de los ERE en Andalucía, Caso Nóos, Caso Bárcenas, Trama Gürtel y un largo etcétera), el esperpento de la falta de valores éticos y morales de nuestros representantes que desatienden sus funciones de servicio a los ciudadanos para ensuciarse las manos saqueando las arcas públicas, ya que aquellos políticos que se ven envueltos en estos escándalos no pueden exigir una conducta digna a los ciudadanos, cuando están dando un ejemplo totalmente contrario. El fenómeno de la corrupción consiste, por lo general, en que una persona paga y otra cobra (el servidor público). Actualmente la corrupción política es por detrás del paro, la segunda preocupación de los españoles según el CIS, por lo que ha sido imprescindible formular códigos de conducta que vienen a completar las normas de los ordenamientos, tipificándose penalmente las faltas de ética en la función pública, ya que debemos mantener una actitud de tolerancia cero ante la corrupción.
La ejemplaridad y la honradez han de presidir la actuación de los servidores públicos. Asimismo, los funcionarios deben servir con objetividad a la sociedad, de manera que haya colaboración entre superiores, inferiores y funcionarios de igual rango, debiendo presidir el ideal de lealtad.
Bajo mi punto de vista, la sanción no debe constituirse como la única forma de frenar la corrupción, además de promover medidas de transparencia que devuelva poco a poco la confianza de los ciudadanos en las instituciones, prevenirla es una cuestión de educación. Hay que mejorar los niveles éticos y lograr que en todos los niveles educativos se introduzca la enseñanza de valores contra la corrupción; hacer que éstos calen en los ciudadanos desde niños, porque ellos son los ciudadanos del futuro y los que ocuparán los cargos públicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.