Cuando
analizamos uno de los temas más importantes en el aspecto laboral, el del
salario o la retribución, nos encontramos de frente con una de las teorías más
relevantes dentro del mundo de los recursos humanos; la teoría de la equidad.
Es usual,
dentro de nuestro enfoque práctico compararnos siempre con nuestros compañeros
de trabajo, así como comparar elementos como el sueldo o las recompensas que
cada uno recibimos. Siempre tendemos a sentir que alguien trabaja menos que nosotros
y recibe más o viceversa o que nosotros mismos no recibimos lo que nos
merecemos. En definitiva, expresaremos un sentimiento de equidad o inequidad.
Aquí entra
en juego la teoría de la equidad. Si observamos un comportamiento, en el
aspecto laboral, que se corresponde con la retribución o las recompensas que
recibimos comienza a aflorar en nosotros un sentimiento de justicia. La justicia
se define con la fórmula: trabajamos x=recibimos x. Si en nuestro trabajo
llevamos a cabo un determinado esfuerzo queremos que se recompense ese esfuerzo
con la retribución que nos parece “justa”, con la retribución adecuada.
Por otra
parte puede surgir el sentimiento de injusticia, que se relaciona con ese
sentimiento de que no estamos recibiendo aquello que se corresponde con lo que
estamos aportando a la organización, así como puede surgir en el caso de que
observemos que otra persona está siendo recompensada de más, es decir, aflora
el sentimiento de inequidad.
La teoría de
la equidad es una teoría creada en 1963 por John Stacey Adams en la que intenta
explicar la satisfacción relacional en términos de percepciones de tarifas/
distribuciones injustas de recursos dentro de las relaciones interpersonales.
La creencia
es el trato justo del valor de personas lo que les provoca motivación para
mantener la imparcialidad que se mantiene dentro de las relaciones de la
organización y con sus compañeros de trabajo. La estructura de la equidad en el
lugar de trabajo está basada en la proporción de insumos a los resultados.
Insumos son las contribuciones hechas por el empleado de la organización.
En
definitiva, es necesario que la teoría de la equidad se refleje positivamente
dentro de las organizaciones para un desarrollo eficiente y eficaz de la misma,
y sobre todo, para que los trabajadores de esta vean sus esfuerzos
rec ompensados y correspondidos y así lleven a cabo su labor de una forma óptima
para la propia organización y para su propia satisfacción personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.