Los "trabajadores invisibles" y la importancia de su motivación.
Buscando una noticia para este blog, me topé con una que
hablaba de los llamados “trabajadores invisibles”, y me interesó bastante.
Al principio, parece que el término “invisible” es algo malo. Pero no es así. Son trabajadores perfeccionistas, que quieren sentirse
libres en la realización de su tarea, y, por ello, están cómodos en un segundo
plano. Están bien donde están. No quieren cambiar de puesto.
Se trata de empelados que pasan desapercibidos en la organización. No buscan el reconocimiento de las
tareas realizadas ni presumen de sus éxitos, sino que ponen empeño en el
proceso de llevarlas a cabo, porque lo disfrutan y buscan la excelencia en la tarea
que se les ha encomendado.
Estos trabajadores tienen un alto nivel de compromiso con la
organización: sus tareas pueden pasar desapercibidas, pero la realidad es que
aportan un gran valor añadido al producto final.
Lo que diferencia a estos trabajadores de los demás es, sin
duda, su talento, su inteligencia, lo que los hace IMPRESCINDIBLES. Sí, son imprescindibles porque parece que no están hasta que faltan.
No se sabe si realmente lo de estar en un segundo plano lo
hacen a posta o no, es decir: si el ser “invisible" responde a una razón ética,
que por humildad no quieren destacar; porque son así; o porque prefieren estar
en ese segundo plano hasta que “den el salto”, es decir, que actúen de esa
forma persiguiendo un objetivo.
En cada empresa, evidentemente, habrá de todo. Pero lo importante es eso, que son de los recursos más importantes de la organización. Que sin
ellos no sería posible, y, sin embargo, no quieren que se les reconozca su
trabajo. Y a mi, personalmente, esto me produce gran admiración hacia ellos.
Una persona que es capaz de llevar a cabo tareas, sabiendo que lo hace bien,
sabiendo que otros por hacer incluso menos reciben su “palmadita en la espalda” por
parte del jefe, y ellos no, dice mucho de estos trabajadores. Más que como trabajadores, como personas. Creo que a estos trabajadores, que dan más importancia a su realización personal,
y lo llevan por dentro, hay que cuidarlos, y, de una forma u otra, motivarlos. Porque
son los mejores. Y más en una sociedad como la de hoy en día, en la que si no
te das a conocer no eres nadie.
Personalmente, me parece un pensamiento erróneo, que a lo único que lleva es a la pérdida del talento de verdad, el talento natural, que
se tiene sin ningún tipo de agentes externos, sin ningún interés de por medio. Para mí, no hay mejor representación
del talento que la humildad y el querer hacer bien las cosas, y hacerlas.
El problema está cuando la invisibilidad se da porque tal
trabajador supone una amenaza para el resto de compañeros al tener un talento
que ellos no tienen. Pilar Jericó, experta en temas como la gestión del talento
de los recursos humanos, recuerda que el que te digan que lo haces bien no es "colgarte una medalla", sino ponerte en valor, y que cuanto más sepa la organización
lo que haces, más recursos podrás tener para desarrollar más y mejor tu
talento.
Por lo tanto, si estos trabajadores son clave en la organización, habrá que
cuidarlos y motivarlos de algún modo.
La motivación adquiere gran
importancia aquí. Y es que está el peligro de que su invisibilidad, aun siendo, en
principio, voluntaria, lleve a disminuir
su motivación, acabando con una reducción de su productividad y perdiendo todo
ese talento que les hace especiales.
Por lo tanto, se hace necesaria una buena gestión
de los trabajadores invisibles. Adquiere gran importancia la psicología:
hacer que, de una manera u otra, a estos trabajadores, aunque prefieran
mantenerse en la sombra, se les reconozca su trabajo, su mérito, sus logros, y
celebrarlos. Conseguir que no pierdan el compromiso con la empresa.
Se trata de estimular su creatividad, dándoles siempre libertad (uno de sus rasgos característicos) para
realizar las tareas, porque, al fin y al cabo, ya tienen lo más importante: el
talento.
Para concluir, recalcar mi admiración por estos trabajadores. Porque son el motor real de la organización en la que se encuentran. La motivación, parte importante en la gestión de los recursos humanos debe poner énfasis en ellos, pero de forma sutil, para que no pierdan esa "libertad" que les caracteriza. Reconocer su trabajo siempre, aunque sea personalmente.
Hacerlos sentir como lo que son, pieza fundamental.
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