domingo, 19 de abril de 2015

Reflexión personal sobre los "trabajadores invisibles" y la importancia de su motivación.

Los "trabajadores invisibles" y la importancia de su motivación.


Buscando una noticia para este blog, me topé con una que hablaba de los llamados “trabajadores invisibles”, y me interesó bastante.

Al principio, parece que el término “invisible” es algo malo. Pero no es así. Son trabajadores perfeccionistas, que quieren sentirse libres en la realización de su tarea, y, por ello, están cómodos en un segundo plano. Están bien donde están. No quieren cambiar de puesto.

Se trata de empelados que pasan desapercibidos en la organización. No buscan el reconocimiento de las tareas realizadas ni presumen de sus éxitos, sino que ponen empeño en el proceso de llevarlas a cabo, porque lo disfrutan y buscan la excelencia en la tarea que se les ha encomendado.


Estos trabajadores tienen un alto nivel de compromiso con la organización: sus tareas pueden pasar desapercibidas, pero la realidad es que aportan un gran valor añadido al producto final.

Lo que diferencia a estos trabajadores de los demás es, sin duda, su talento, su inteligencia, lo que los hace IMPRESCINDIBLES. Sí, son imprescindibles porque parece que no están hasta que faltan.


No se sabe si realmente lo de estar en un segundo plano lo hacen a posta o no, es decir: si el ser “invisible" responde a una razón ética, que por humildad no quieren destacar; porque son así; o porque prefieren estar en ese segundo plano hasta que “den el salto”, es decir, que actúen de esa forma persiguiendo un objetivo.

En cada empresa, evidentemente, habrá de todo. Pero lo importante es eso, que son de los recursos más importantes de la organización. Que sin ellos no sería posible, y, sin embargo, no quieren que se les reconozca su trabajo. Y a mi, personalmente, esto me produce gran admiración hacia ellos. 

Una persona que es capaz de llevar a cabo tareas, sabiendo que lo hace bien, sabiendo que otros por hacer incluso menos reciben su “palmadita en la espalda” por parte del jefe, y ellos no, dice mucho de estos trabajadores. Más que como trabajadores, como personas. Creo que a estos trabajadores, que dan más importancia a su realización personal, y lo llevan por dentro, hay que cuidarlos, y, de una forma u otra, motivarlos. Porque son los mejores. Y más en una sociedad como la de hoy en día, en la que si no te das a conocer no eres nadie. 

Personalmente, me parece un pensamiento erróneo, que a lo único que lleva es a la pérdida del talento de verdad, el talento natural, que se tiene sin ningún tipo de agentes externos, sin ningún interés de por medio. Para mí, no hay mejor representación del talento que la humildad y el querer hacer bien las cosas, y hacerlas.

El problema está cuando la invisibilidad se da porque tal trabajador supone una amenaza para el resto de compañeros al tener un talento que ellos no tienen. Pilar Jericó, experta en temas como la gestión del talento de los recursos humanos, recuerda que el que te digan que lo haces bien no es "colgarte una medalla", sino ponerte en valor, y que cuanto más sepa la organización lo que haces, más recursos podrás tener para desarrollar más y mejor tu talento.

Por lo tanto, si estos trabajadores son clave en la organización, habrá que cuidarlos y motivarlos de algún modo. 

La motivación adquiere gran importancia aquí. Y es que está el peligro de que su invisibilidad, aun siendo, en principio, voluntaria,  lleve a disminuir su motivación, acabando con una reducción de su productividad y perdiendo todo ese talento que les hace especiales. 

Por lo tanto, se hace necesaria una buena gestión de los trabajadores invisibles. Adquiere gran importancia la psicología: hacer que, de una manera u otra, a estos trabajadores, aunque prefieran mantenerse en la sombra, se les reconozca su trabajo, su mérito, sus logros, y celebrarlos. Conseguir que no pierdan el compromiso con la empresa.

Se trata de estimular su creatividad, dándoles siempre libertad (uno de sus rasgos característicos) para realizar las tareas, porque, al fin y al cabo, ya tienen lo más importante: el talento. 

Para concluir, recalcar mi admiración por estos trabajadores. Porque son el motor real de la organización en la que se encuentran. La motivación, parte importante en la gestión de los recursos humanos debe poner énfasis en ellos, pero de forma sutil, para que no pierdan esa "libertad" que les caracteriza. Reconocer su trabajo siempre, aunque sea personalmente. 

Hacerlos sentir como lo que son, pieza fundamental.

Fuentes: 

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