viernes, 29 de abril de 2016

Reflexión Personal. El talento humano y su gestión. Por Juan Pedro Ortiz Mellado.



Con la gestión del talento humano se intenta conseguir el mejor clima organizacional y por ende los mejores resultados con relación a la productividad y el bienestar económico-familiar de todos los integrantes de la empresa.
Se intenta un acercamiento real entre la dirección, jefes y subordinados. Se establecen vínculos reales en la consecución de los logros u objetivos que tiene la organización, que alcanzados como equipo dejará los mejores resultados para todos.
No se debe generalizar, ya que, siempre hay diferencias. Pero hay empresas que “no han querido entender” la verdadera misión de las actividades que debe ejercer la persona encargada de la administración del talento humano.
Se ufanan en la contratación de profesionales, bien en administración o en psicología y son exigentes en los requisitos de experiencia y estudios, porque mínimo deben tener una especialización.
Quienes ya con el haber de una carrera, cualquiera que esta sea, se orienta por una especialización, relacionada con la gestión del talento humano, estoy seguro, que además de estar buscando mejores oportunidades en el mercado laboral, lo que está demostrando es que es un(a) enamorado (a) de la actividad que realiza y lo que más desea es poder aplicar ese bagaje de conocimientos en beneficio de las partes: empresa-trabajadores.
Las políticas relacionadas con la gestión del talento humano cuando están bien definidas y debidamente establecidas son conocidas en todos los niveles de la organización, porque su aplicación o puesta en práctica no estará a cargo de una sola persona, estará en manos de todos y cada uno de los miembros de la empresa.
La gestión del talento humano se da en todos los niveles. La adecuada coordinación y seguimiento de que las políticas y normas establecidas por la empresa se ciñan a lo que desea la empresa, es problema directo de quien esté a cargo de la gestión del Talento Humano.
Por otra parte, hay otras empresas donde la gestión del talento humano, como situación instituida, no existe. Si algo hay que hacer en esta área siempre será lo que esté encaminado a la aplicación de una sanción disciplinaria o a la cancelación intempestiva de un contrato de trabajo.
Quien liquida la nómina pudiera ser la persona ideal para se encargue de las “cosas” relacionadas con el personal, se piensa. No es importante que conozca algo de la idiosincrasia de las personas, lo importante es aplicar el “pensamiento” del propietario de la empresa con relación a los resultados de las personas en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones para con la empresa, lo demás no resultará importante. Este pensamiento es el mayor de los problemas de la actual gestión de los talentos en nuestro país.

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