domingo, 30 de marzo de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL las distintas motivaciones que mueven a trabajadores públicos y privados

Para comenzar esta reflexión personal hay que marcar una distinción básica entre el funcionario y el trabajador que se rige por el derecho del trabajo. El funcionario es un trabajador fijo o en todo caso interino, mientras que el trabajador privado depende del jefe para continuar trabajando. A mi entender son distintas las motivaciones que tiene una persona a la hora de orientar su carrera hacia la función pública u orientarla hacia un trabajo privado. Los funcionarios se rigen por normas distintas a las de los trabajadores privados y ello conlleva a su vez una distinta motivación, el regimen de vacaciones es distinto, los dias de permiso... los funcionarios pueden compatibilizar trabajo con estudios universitarios porque la función pública le da la posibilidad de tener como libres los dias de exámenes, sin embargo el trabajador privado no tiene tanta facilidad a la hora de realizar otras actividades que pudieran influir en su horario de trabajo. 
Cuando eres funcionario claramente te mueven otras motivaciones, creo que la esperanza de un funcionario puede ser a la hora de ascender en su trabajo realizar otras oposiciones y llegar a un cargo más alto, sin embargo el trabajador su máxima motivación podría ser fácilmente la de ser su propio jefe, formar un negocio propio de aquello que se le da bien. En mi opinión las motivaciones son distintas y la manera de tratar al trabajador también es muy diferente, de ahí que según como se equilibre el rendimiento será más o menos satisfactorio. Ser funcionario no es ni más ni menos que ser un trabajador privado, simplemente hay un objetivo opuesto y una manera de trabajar diferente, con cosas positivas y negativas. El trabajador es más emprendedor, el funcionario más estable...
El trabajador por cuenta ajena también quiere ganar lo máximo posible trabajando lo mínimo imprescindible, pero el sabe que, trabajando más puede ganar más, y si trabaja menos no solo puede ganar menos, si no que puede llegar a perder el trabajo. 
La única forma de que un funcionario pueda hacerse rico es colocándose en una posición de poder donde de sus decisiones dependan los beneficios de empresarios que para agilizar los trámites que la administración le exige no tengas mas remedio que recurrir al soborno, es decir el delito y la coerción.
No siempre es bueno poseer mucha discrecionalidad en el ámbito público. A modo de conclusión destacar que un trabajo y otro tienen ventajas y desventajas pero ni el funcionariado es el cielo ni el ámbito privado el infierno, aunque si es verdad que se podrian equiparar un poco más.

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