Cuando eres funcionario claramente te mueven otras motivaciones, creo que la esperanza de un funcionario puede ser a la hora de ascender en su trabajo realizar otras oposiciones y llegar a un cargo más alto, sin embargo el trabajador su máxima motivación podría ser fácilmente la de ser su propio jefe, formar un negocio propio de aquello que se le da bien. En mi opinión las motivaciones son distintas y la manera de tratar al trabajador también es muy diferente, de ahí que según como se equilibre el rendimiento será más o menos satisfactorio. Ser funcionario no es ni más ni menos que ser un trabajador privado, simplemente hay un objetivo opuesto y una manera de trabajar diferente, con cosas positivas y negativas. El trabajador es más emprendedor, el funcionario más estable...
El trabajador por cuenta ajena también quiere ganar lo máximo posible trabajando lo mínimo imprescindible, pero el sabe que, trabajando más puede ganar más, y si trabaja menos no solo puede ganar menos, si no que puede llegar a perder el trabajo.
La única forma de que un funcionario pueda hacerse rico es colocándose en una posición de poder donde de sus decisiones dependan los beneficios de empresarios que para agilizar los trámites que la administración le exige no tengas mas remedio que recurrir al soborno, es decir el delito y la coerción.
No siempre es bueno poseer mucha discrecionalidad en el ámbito público. A modo de conclusión destacar que un trabajo y otro tienen ventajas y desventajas pero ni el funcionariado es el cielo ni el ámbito privado el infierno, aunque si es verdad que se podrian equiparar un poco más.
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