domingo, 23 de marzo de 2014

Reflexión personal sobre formación

No hay que decir, importancia (cada vez mayor) que para el funcionamiento adecuado, eficaz y eficiente de una organización tiene la formación de los trabajadores que para ellas trabajan.
Y más aún en los tiempos que corren, época de crisis en la que cada vez se contrata a menos gente, y en la que es evidente que ante esta situación se va a contratar a las personas más preparadas, a las que más formación tengan.
Pero esta importancia mayúscula, no se refleja solo a la hora de acceder a una empresa, sino también dentro de la misma.
Prueba de ello, es que cada vez son más las empresas que ante la crisis están constantemente evolucionando, adaptánsose a las circunstancias y desempñando más funciones, jugando ante ello, ante estas exigencias de mercado un papel clave la formacion o aprendizaje.
Un ejemplo de ello son los cursos de formación dentro de las organizaciones, muchos de ellos obligatorios, conviertiéndose en exigencia indispensable para el desempeño de la función y financiados por las organizaciones, y encargándose los responsables de la misma de transmitir a los trabajadores en definitiva ese cambio de política, esa adaptación a las exigencias de mercado. Pero cada vez son más los trabajadores, que ante la situación en la que nos encontramos y conscientes de la necesidad de estar formados, los que voluntariamente solicitan o realizan cursos de formación para estar a la altura de las circunstancias y, conscientes de la importancia que ellos tienen para el exito de la organización.
En definitiva, que tanto empresas como trabajadores se han de adaptar a las exigencias del momento, y como repetimos, la formación juega un papel vital en una época en la que un puesto de trabajo está muy cotizado.

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo contigo, Ignacio, la formación de sus trabajadores es un pilar básico en todas las organizaciones y empresas que quieran prosperar. No hay más que echar la vista a atrás para darnos cuenta de que, en la época de nuestros padres, las exigencias que se les pedían para poder acceder a un puesto de trabajo eran mucho menores de las que se están exigiendo hoy en día, y que nos exigirán a nosotros en un futuro no muy lejano.

    Sin embargo, considero que hay mucha diferencia en la importancia de la formación en el siguiente sentido. Les preocupa que los trabajadores que se incorporen nuevos tengan la mejor formación: buscan personal con estudios superiores, masters, conocimientos informáticos, varios idiomas, etc. Por el contrario, la formación de los trabajadores que ya llevan años contratados es un tema que aún se les escapa de las manos, sobre todo en el ámbito de la administración pública.

    Es importante no generalizar, pero creo firmemente que la formación de los funcionarios tiene que ser impuesta por sus superiores porque, debido a la inamovilidad y "comodidad" de sus puestos de trabajo, no sienten esa necesidad de demostrar seguir mereciendo dicho trabajo, ni tampoco poseen los funcionarios un vínculo fuerte con la administración como para querer superarse y ofrecer cada vez un mejor servicio administrativo.

    Por tanto, y concluyendo ya, considero que la administración pública en España necesita de personal cada vez más preparado, como las nuevas generaciones que van entrando, pero también debe cuidar y vigilar muy de cerca la formación y desarrollo profesional de los trabajadores que ya forman parte de la Administración pública.

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