domingo, 30 de marzo de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE EL ACTUAL MODELO ORGANIZATIVO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

     La transformación que se opera en la sociedad española durante el pasado siglo, es extraordinaria.La población crece culturalmente de forma desmesurada aunque, a pesar de ello, España sigue siendo por lo general campesina.
     Poco a poco se va abriendo paso a los avances, como por ejemplo, la expansión de los medios de transporte, nuevos medios de comunicación... Novedades que dan pie a diversas necesidades sociales, las cuales se traducirán en la Administración que tenemos hoy día.
     Pero sobre todo, lo que nos ha llevado hasta la Administración Pública tal y como la conocemos hoy, es sin duda el cambio de régimen, pues la llegada de la Democracia fue como un soplo de aire fresco que nos permitió reivindicar numerosos derechos que nos pertenecían, y nos llevó a un gran cambio político, económico y social. Derechos tales como la garantía de poseer un sistema administrativo imparcial, despolitizado ante todo, donde la palabra “descentralización” jugó un gran papel.
     Es por ello que se crearon las autonomías, logrando que todas las decisiones no provinieran exclusivamente del Estado, sino que se permitieran ciertas delegaciones en determinadas materias y competencias hacia órganos inferiores, para así facilitar el desarrollo de una mejor actividad administrativa, consiguiendo una mayor eficacia y rapidez en las decisiones. 
     Si no hubiera sido por esta innovadora creación, que fue posible gracias a la Constitución Española del 78, ahora estaríamos en un estado absoluto, autoritario... Lleno de trabas a la hora de formular cualquier procedimiento administrativo y de dilaciones innecesarias, que solo traerían consigo la vulneración de derechos fundamentales en muchos casos, y en otros, simplemente daños patrimoniales. 
     Por ello, es verdad que nuestra Administración Pública aun tiene que pulir bastantes aspectos en lo que a su funcionamiento se refiere, pero eso son solo pequeños problemas de organización, que no dañan la esencia de la misma. 


1 comentario:

  1. Paula, no puedo estar más de acuerdo contigo. Si hay un principio que ha condicionado la Administración pública y a su personal ese ha sido sin duda el de la descentralización. Irrenunciable por motivos políticos dada la diversidad de las regiones de España, creo que ha contribuido a una expansión sin precedentes de la cercanía entre el personal de la Administración Pública y los destinatarios de ésta, los millones de ciudadanos.

    Creo que ha habido dos motivos principales que justifican la descentralización: el primero, la clara voluntad, con la llegada del estado democrático, de lograr el desarrollo de una España tremendamente desigual por zonas, con regiones muy ricas y regiones muy pobres. Así, creo que los gobernantes del principio de nuestra democracia acertaron de pleno cuando se dieron cuenta de que un país no podía garantizar la igualdad cuando en Andalucía, por ejemplo, aún podía irse en coche de una ciudad a otra en caminos de tierra, y en Cataluña sin embargo se inauguraban ya autovías.

    La segunda razón que creo es la necesidad de vinculación entre los ciudadanos y la Administración, entendida como defensora del bien común. Y para ello, la descentralización buscaba un trato más directo con la ciudadanía, necesario para crear en la mente de ésta la idea de que por fin, iba a haber un cuerpo de personas, los funcionarios, que trabajaban por los intereses de todos.

    En fin, creo sin duda que la descentralización es un gran logro a efectos administrativos y también a efectos de la gestión del personal al servicio de las Administraciones, como elemento dinamizador y raíz de un estado democrático que busca la igualdad. Así como también creo que cualquier intento recentralizador puede ser nefasto para todos, no solo a efectos políticos, si no como desmantelador de todo lo conseguido: cercanía, eficacia, agilidad...

    Un saludo.

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