viernes, 25 de abril de 2014

Reflexión personal: La salida al mercado de los jóvenes

Reflexión personal realizada por Lorena Parrales García.

El aspecto en el que nos vamos a centrar en nuestra reflexión personal va a ser en el concepto de experiencia y cómo esta afecta a los jóvenes a la hora de encontrar un trabajo en su profesión.

Las empresas, a la hora de la selección de su personal, entre los requisitos que se exigen, se encuentran el conocimiento y la experiencia.

Con respecto al conocimiento, es lógico que una persona que acaba de terminar una carrera tenga el conocimiento suficiente para enfrentarse al trabajo para el que se ha preparado durante años. Es más, bajo mi punto mi punto de vista, los jóvenes que salen de una carrera con una edad que oscila entre los 23 años tienen un conocimiento más actualizado de la situación actual. ¿Qué quiero decir con esto? Una persona que hace años que estudió no está actualizada con los cambios constantes que se producen en esta era tecnológica y mucho más desarrollada. Es decir, las técnicas que utilizan personas que hace muchísimos años que se sacaron la carrera son más antiguas y, se podría decir, menos eficientes. El conocimiento es el mismo, ya que un concepto no cambia de unos años a otros, pero la manera de llevar a cabo ese concepto sí cambia y más en estos tiempos de grandes avances informáticos y tecnológicos. Por eso, podemos decir que los jóvenes, entre los que me incluyo, tenemos más capacidad de desarrollar una actividad con más eficiencia utilizando métodos más actualizados.

Pasemos a la experiencia. ¿Cuál es el concepto de experiencia según la RAE? La experiencia es la “práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo”. Bien, ¿Cómo pueden adquirir unos jóvenes que acaban de salir de una carrera, esa práctica prolongada? Si acabas de salir de una carrera, obviamente no tienes experiencia. Si no tienes experiencia, no puedes acceder al trabajo. Y así sucesivamente volvemos al principio. Como diría el dicho “la pescadilla que se muerde la cola”. Por eso, veo que ese mecanismo de “necesito experiencia” no es más que una excusa de los empresarios para no contratar a gente joven y así ahorrarse el pago de un salario. ¿Con qué finalidad? La de otorgarles “esa experiencia” que exigen mediante un trabajo de becario. Así el empresario obtiene los conocimientos actualizados y el espíritu emprendedor de las jóvenes promesas a cambio de esa experiencia requerida.

En conclusión, ¿es esto beneficioso para nosotros? Por un lado, el ser becarios nos ayudaría a afianzar nuestros conocimientos y a tener un punto de vista dentro de un mundo en el que sí es cierto que somos “novatos”. Pero por otro, se nos cortaría las alas y se nos aplacarían las ganas de conseguir el trabajo al que aspiramos viendo que tras años de estudio, el objetivo sigue estando lejos.

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