sábado, 26 de abril de 2014

Reflexión personal: liderazgo y confianza.
Es evidente que un buen líder debe poseer unas características específicas que lo hagan apto para ocupar tal puesto. Algo que hace que no cualquiera esté capacitado para ello.
Pues bien, de entre las múltiples características que todo líder debe poseer, considero de gran importancia la confianza que genera en sus empleados. Y no me refiero solo al hecho de hacer creer que es un líder capaz, y más que hacer creerlo, serlo; sino también, y quizá lo más importante, esa capacidad de hacer que los trabajadores confíen en sí mismos y en sus compañeros.
De hecho, creo que actualmente el problema básico presente en los ciudadanos de nuestro país, es la falta de confianza en los políticos, los gobernantes, aquellos que se supone que velan por los intereses generales y no por los particulares, aunque esta quedando demostrado que no es así como lo ponen de manifiesto los múltiples casos de corrupción que se están sucediendo últimamente en nuestro país, entre otros muchos hechos. Aunque ese es otro tema que merece discusión aparte, pero lo traigo a colación porque esto bien se podría trasladar al ámbito de las empresas y para que seamos conscientes de la importancia que la confianza tiene en el liderazgo y el papel tan importante que desempeña en este ámbito. Tanto es así, que la falta de confianza en el líder provoca descontento, desmotivación, que el grupo no trabaje al máximo rendimiento y se conforme con resultados mediocres y lo peor de todo, que no se sientan identificados con los valores y objetivos que el líder transmite a sus empleados.
De este modo, para que la confianza genere consecuencias beneficiosas para todos, ante determinadas situaciones, dicho líder debe, en primer lugar, definir con claridad el problema, el reto o el cambio al que se enfrenta y comunicárselo a sus empleados, permitiendo que todos y cada uno de ellos participen en el mismo para conseguir el resultado que se desea. Resultado que se debe conseguir a través de la delegación de tareas, pero para ello, otro aspecto importante es que el líder conozca bien a su plantilla y el trabajo que realiza cada uno, para así saber con certeza qué actividad asignarles y explotar, de esta forma, su talento y su implicación dentro del grupo. Y así, poco a poco conseguir que aumente la confianza en el líder.
Todo esto hace que el grupo confíe en sus posibilidades y en que pueden lograr lo que se propongan, sintiéndose así útiles y aumentando su motivación, logrando los objetivos de la empresa, la máxima eficiencia y su buena marcha. 

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