domingo, 27 de abril de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL

Realizada por Quiterio Torralba Calleja: 

Mi reflexión va sobre el liderazgo que ejercen las personas a la hora de dirigir un grupo, normalmente en el ámbito de una empresa u organización que cumple con una serie de expectativas y objetivos y que su única meta es conseguirlos para poder así obtener unos resultados adecuados. 

Hoy en día, echamos un vistazo a nuestro alrededor y observamos que los empresarios son personas que ejercen el poder de una manera autoritaria, basándose en el poder de supremacía que le otorga el cargo que ocupa dentro de la empresa u organización. Se malinterpreta siempre su figura y se le atiza y es cierto que en ocasiones el factor humano queda muy atrás cuando una decisión trascendental debe de ser tomada por el empresario. 

Para aquellos que hablan desde la ignorancia, es cierto y claro está que el empresario pisotea muchas veces ya no sólo el factor humano en tanto trabajador sino sus propios derechos como personas, pero no debemos de olvidar que la última decisión ya sea para bien o para mal y las posibles consecuencias van a recaer siempre sobre su persona, la responsabilidad no irá destinada al trabajador como tal, que él por supuesto que la tiene pero desde otros ámbitos, la responsabilidad última y la hora de dar la cara por algo y responder la tiene en última instancia el empresario, el líder, el responsable. 

Por eso, viendo la práctica que realizamos en clase, sobre el método de Vroom y Yetton en 1973, yo si fuese un líder de una organización, está claro que siempre me dejaría aconsejar y asesorar por el cuerpo que está conmigo pues también es obvio que un empresario se rodea de gente de su confianza, pero si surgiera un conflicto a resolverse en la menor brevedad y con una cierta urgencia usaría dentro de este modelo el modelo Autocrático 1 (A1). 

Con esto no quiero dar a entender que sería un líder autoritario, pero considero que hoy en día, también se debe de proteger a la figura del empresario algo más de lo que quizás se hace. Es cierto que habría que endurecer muchas normas por ejemplo en el campo de la contratación, salarios, horas extras y demás, pero cuando haya conflictos, la decisión siempre se le va a achacar al líder que es la cabeza visible de la empresa, de ahí que debamos de tener más en consideración a esas personas que lo ponen todo en juego para conseguir lo que se proponen. 

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