miércoles, 23 de abril de 2014

REFLEXIÓN SOBRE LA TEORÍA DE LOS ESTILOS DE DIRECCIÓN

REFLEXIÓN SOBRE LA TEORÍA DE LOS ESTILOS DE DIRECCIÓN

     Dentro de los tres tipos de estilos de dirección estudiados en este apartado (autoritario, democrático, y laissez-faire), considero como el estilo más eficaz e importante, es el democrático. Paso a explicar las razones.

¿Por qué considero que el estilo del liderazgo democrático es o puede ser el más eficaz en el seno de una organización? Para empezar, es un estilo en el que el líder o el jefe, tiene en cuenta a sus empleados o subordinados, y por tanto, tiene en cuenta sus opiniones. En definitiva, el líder muestra interés por sus empleados, aunque finalmente sea el líder quien tome las decisiones finales. En mi opinión, este es el motivo fundamental, ya que mediante este estilo, puede conseguirse una plena motivación de los empleados, y consecuentemente, un mayor rendimiento en su trabajo, ya que se sienten útiles dentro de la organización, y ya no solo porque aporten su trabajo, sino también, porque sus ideas van  a ser valoradas y escuchadas.

En el modelo del liderazgo autoritario en cambio, ocurre todo lo contrario. Es decir, el líder no toma en consideración a sus empleados, y por supuesto, las decisiones finales las toma el líder por sí mismo. Pues bien, el modelo del liderazgo autoritario, para nada me parece que sea eficaz, porque no considero que se consiga crear u originar una motivación en los empleados, ya que simplemente están en la organización para aportar su trabajo y nada más.


En conclusión, mi valoración es que para que los empleados se sientan motivados en su trabajo y en lo que hacen, es necesario que se sientan útiles, y es también necesario que haya ese acercamiento entre el líder y los empleados, aunque como ya he dicho, finalmente la decisión sea adoptada por el líder.

Reflexión personal publicada por Marina Victoria Núñez Bono

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo Marina, siempre y cuando en el modelo democrático los trabajadores guarden su puesto de trabajador, es decir, que al ser valorados no "se le suban a las barbas" al empresario. A veces, el propio trabajador puede creerse con autoridad dentro de la empresa, y el empresario no debe permitirse estar demasiado influenciado por los trabajadores.
    Mientras se respeten los límites de empresario-trabajador, puede ser un modelo que funcione bastante bien.

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