Propuesto por: Carlos Igeño Espinosa
Como
ya conocemos, el concepto de recursos humanos puede enfocarse desde dos
ópticas. De un lado, la visión renovada, según la cual son un activo importante
para la organización, que le da una ventaja competitiva clave para sus
objetivos. De otro lado, la visión tradicional, para la que los recursos
humanos no son más que un coste que minimizar o incluso evitar si es posible,
en pos de mantener la rentabilidad de la empresa.
Se
supone que actualmente se ha dejado atrás la visión tradicional, y las personas
son consideradas recursos estratégicos para el empresario. Si bien sólo hay que
echarle un vistazo a la realidad para comprobar que esa afirmación no es
cierta.
Así,
todos los días aparecen en las noticias despidos masivos de empresas que
recortan su plantilla. Particularmente España es el país de la UE con más despidos por reestructuraciones de
grandes empresas anunciados durante los últimos meses, según el informe
de la Comisión Europea.
En concreto, Bruselas cifra en
15.486 los despidos en España
por reestructuraciones entre diciembre de 2012 y febrero de 2013. Por detrás se
sitúan Francia (12.618 puestos
de trabajo destruidos), Alemania
(12.264), Reino Unido (8.907), Italia (7.779) y Bélgica (6.810). (Información
extraída del diario ABC).
Con
todo esto, en mi opinión es absurdo vender esa concepción renovada de los
recursos humanos como si fuese lo que es. Los trabajadores son para el
empresario un recurso, sí, pero también un coste más de la organización, por
muy burdo que resulte.
Pienso
que la visión del personal humano de una organización como un recurso
estratégico es más bien el “deber ser”, el ideal de un mundo que probablemente
nunca lleguemos a tener. Que hay que tenerlo presente como el objetivo último
de nuestra materia, pero sin dejar de tener presente que la realidad es muy
distinta, y aún más con la crisis que la acentúa.
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