jueves, 22 de mayo de 2014

Reflexión personal: la actividad disciplinaria en la administración pública.

REFLEXION PERSONAL SOBRE LA ACTIVIDAD DISCIPLINARIA EN LA ADMINISTRACION PÚBLICA

La reflexión versa sobre una cuestión muy importante en todo tipo de empleos, no solo en los empleos de naturaleza privada sino también en los empleos públicos, y esa cuestión no es otra que la conducta que tienen los empleados en la organización publica o empresa y obviamente ambas facultades disciplinarias son distintas las unas de las otras.

Para introducirnos en el tema, hay que definir a la actividad disciplinaria de la administración pública tienen dos tipos de actuaciones, unas actuaciones disciplinarias que son positivas o preventivas que consiste en el conjunto de acciones y medidas adoptadas por la organización para animar a los empleados a respetar y seguir las normas y reglamentos con el fin de evitar las infracciones.
Y también tenemos una actividad disciplinaria que son punitivas o correctivas que está formada por el conjunto de sanciones que la organización pone en marcha y utiliza cuando un trabajador viola las normas.

Ambas facultades son muy importantes y tienen diferencias, ya que con una actuación disciplinaria positiva se persigue fomentar la autodisciplina entre los trabajadores, mientras que la actuación disciplinaria negativa es todo lo contrario, pues es un tipo de intervención que sigue  a una infracción de una regla y que busca desalentar otras posibles violaciones y suele concretarse en un algún tipo de castigo.

En mi opinión, veo que hay que incentivar no solo en los empleados públicos, sino en todos los empleados de cualquier tipo de organización, ya que siempre es preferible a que un empleado actué en la organización respetando las normas de conductas de la misma, ya que dicho respeto por esas normas mejora el funcionamiento de la organización y mejora su desempeño del trabajo.

Las organizaciones deben fomentar a que sea el empleado el que acepte por sí mismo las normas de conductas y no ellas a través de la facultad disciplinaria negativa. Al fomentar que sean los propios empleados los que por si mismo desea cumplir las normas de conducta produce que haya un mejor clima en el trabajo, entre los compañeros de trabajo y en los superiores, ya que estos últimos tienen la seguridad de que sus subordinados cumplen las normas y no se tenga que preocupar por llevar a cabo sanciones por el incumplimiento de las mismas.

Valga la redundancia, es mejor que la organización ponga énfasis en que los empleados cumplan las normas por ellos mismos que sea la propia organización la que tenga que poner sanciones porque los empleados quebranten las normas y que se tenga que poner en marcha todo el procedimiento de la sanción disciplinaria al empleado viendo si la infracción cometida es grave, muy grave y leve y viendo la sanción correspondiente que debe imputarle al empleado.


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