sábado, 24 de mayo de 2014

Reflexión personal: recompensas

Reflexión realizada por Ignacio López-Sola Lara-Bohórquez
Como bien sabemos, dentro de la administración nos encontramos con los sistemas de recompensas, en base al puesto de trabajo y en base al rendimiento, pero ¿Cumplen realmente éstas sus objetivos? ¿o es la solucion fácil para mantener a los empleados contentos?
Por un lado, no cabe duda que al empleado que realiza su trabajo con esfuerzo, dedicación y mirando en primer lugar a los intereses organizativos deba recompensarse como medida de reconocimiento de ese esfuerzo. Tal reconocimiento supone la confianza brindada por la organizacion hacia el trabajador, es más, supone un incentivo de motivación para afrontar a partir de ahí con entusiasmo el resto de sus tareas.
Esto es, si las recompensas cumplen los objetivos que tienen marcados, es evidente que no solo la organización sale ganando porque cumple sus objetivos sino también el trabajador, tanto de cara a su funcion en la organizacion como de cara a la consecucion de sus metas personales.
Pero, en mi opinión es importante ser cautos en el sentido de que esas recompensas tienen que ser algo puntual, es evidente que éstas en su justa medidas son buenas, pero las recompensas no pueden degenerar en rutina, puesto que estariamos desvirtuando los objetivos de ésta, y en lugar de ser concebidas por el trabajador como algo puntual como consecuencia de su rendimiento, sería visto como una obligación por parte de la organizacion, sería visto como un "salario" por la tarea realizada.
Por tanto, es muy importante que haya un control, una racionalización de los sistemas de recompensas por todo lo dicho y también para mantener el compromiso del trabajador con la organización y su motivación personal de cara a las tareas.

2 comentarios:

  1. Considero correcta la imposición de recompensas como manera de motivar a los empleados, sin embargo, veo innecesarias unas recompensas de carácter económico por llevar a cabo un buen trabajo. Creo que no se debe remunerar más a alguien por el hecho de cumplir con su deber, y más aún si estamos hablando de un empleado público.
    Existen diversos métodos más eficaces para motivar a un empleado que el de la aportación de económica, como la posibilidad de ascender de categoría, por ejemplo. En este caso, el trabajador no se vería empujado sólo por el dinero, sino que buscaría otros aspectos como la asunción de mayor responsabilidad.
    Si un trabajador se ve beneficiado regularmente por el mero hecho de cumplir con su función, estamos ante el principio del fin de la organización. El subordinado debe trabajar con un sueldo estipulado y no premiarle por lo que tiene que hacer.

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  2. Desde mi punto de vista, no estaría mal incentivar a los trabajadores con recompensas económicas, estoy de acuerdo con el comentario anterior sobre que los sueldos deben estar estipulados, pero bajo mi consideración personal, no estaría nada mal premiar a los que mejor lo hacen, y quizás un ascenso esta bien, pero sabemos que las recompensas económicas son las que más los pueden motivar, ya que no es lo mismo una persona que se integra y que considera su trabajo en la administración como una responsabilidad personal, que otra que llega hace su trabajo y punto. Por lo tanto, sí estoy de acuerdo con las recompensas económicas en el caso del empleo público.
    Sabah Mohamed Embarek

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